El relevo de Vicente

El pastelito le caerá a Jorge Pérez si inhabilitan a Villar. Estaría bien suavizar la transición este verano siendo tricampeón de Europa de manera consecutiva. Del Bosque no merece menos. Razón de más para que tenga un sustituto a su altura. Entrenadores españoles de nivel internacional y con títulos de los que presumir hay un puñado. Rafa Benítez y Juande Ramos andan libres. Uno fracasó doblemente en la gestión de cracks y de medios en la capital, el otro acaba de cumplir 60 años y prioriza otras cosas que no son fútbol en este momento. En cualquier caso, el que ha logrado los entorchados europeos más recientes es Unai Emery. Algún medio ya ha insinuado el coqueteo del vasco con la RFEF. Pero tiene contrato con el Sevilla y mucho tiempo por delante como para pensar en la Roja por edad. No es nada extraño que la caverna centralista venda alegremente a Paco Jémez. Seguramente el tipo que más claro habla de fútbol hoy en día. Tanto que apabulla. Su idea de fútbol es tan atrevida como arriesgada. Piensa como Pep y se expresa como Camacho. Entre Vallecas y la Roja debiera existir un paso previo al menos. Si fuera por experiencia hay otros tres nombres. De entrada deberíamos avisar para que se apunte al casting a Manzano. El jiennense se está haciendo de oro en China. Víctor Fernández sigue teniendo predicamento en determinados círculos, aunque ahora esté entregado a la cantera merengue. Me pone la idea de que por fin Joaquín Caparrós pueda trabajar con un equipo de ensueño. Un tipo capaz de poner una porno en la charla para despertar al vestuario, es un fuera de serie. Pero por lo que más quieran, que haberlos haylos: ni se les ocurra traer a un extranjero, ahora que florece el fútbol español. Que vuelvan a casa Quique, Lopetegui o Roberto Martínez, pero por favor Míchel, no. Por encima de mi cadáver.