Parece que haya pasado una década, pero nada más lejos de la realidad. Hace concretamente cuatro años, se plantaba el Betis en el ya antiguo
San Mamés y le endosaba todo un 3-5 a los 'leones'. Aquel
Betis, que quedó séptimo, sacándole 11 puntos al
Athletic, sirve de referencia para, tras una temporada irregular y con muchas circunstancias que han provocado que exista poca tranquilidad en torno a lo deportivo, se pueda sellar la permanencia, que, si bien no sería matemática, sí que sería casi segura.
Entre aquella 2012/2013 exitosa y el
Betis actual hay un descenso incluido. Se presenta en
Bilbao el conjunto verdiblanco en su mejor momento de la temporada, debido a que el equipo de Merino, ahora sí, se ha juntado para sacar la situación hacia adelante; y, cuando esto sucede, resulta que, en un partido gris como fue el de la jornada pasada ante el
Granada (con un jugador menos), los tres puntos se quedan en casa, cuando, en otros tiempos, seguramente, todo se habría vuelto en contra para el equipo verdiblanco en su propio estadio.
Haciendo referencia al juego, veremos dos estilos atrevidos y abiertos, donde tanto el
Athletic como el
Betis no especulan con el resultado e intentan siempre buscar la portería rival de manera directa, mediante transiciones defensivas y ofensivas rápidas, pretendiendo una continuidad que, en ocasiones, les pasa factura defensivamente y que provoca que dependan en gran medida de la eficacia arriba tanto de
Rubén Castro en el Betis como de
Aduriz en el equipo vasco.
Atención especial tendrá que tener el
Betis con este último, un jugador que en la veteranía ha encontrado una madurez en su fútbol que le convierte no sólo en el goleador del equipo, sino en un jugador capaz técnicamente de realizar buenos pases, regates, remates, así como tácticamente hacer desmarques, paredes, apoyos… con una velocidad y precisión que marcan diferencias a sus 35 años.