Primero de todo debo agradecer tu sinceridad, algo poco común en un gremio como el pelotero donde sobran millones y faltan cerebros. El tuyo debía estar apagado cuando te picaste con el mejor futbolista de la historia y acabaste expulsado. Deberías aprender de los errores y no de las patadas que promueve tu entrenador, todo un experto en la materia. Así que, en frío, vas y te despachas con un "A Messi le protegen la liga, los medios" Pero mira que eres torpe, incluso te dieron la oportunidad de rectificar y tú, contumaz, erre que erre.
Otra muestra del victimismo colchonero, que reparte en cada partido y después pone cara de no haber roto un plato. Pero querido mío, no esperarás que el sistema sobre el que está montado este negocio llamado fútbol, desproteja el talento. Verás, seguramente llegaste un buen día a la liga española porque es la mejor del mundo aunque no la que más dinero mueva. Y lo es, entre otras cosas, porque el mundo se para cada vez que Leo encara. Cristiano sólo le supera en número de seguidores en Facebook.
Messi aporta un valor que ni cien Filipe Luis, así que asúmelo. Messi te hace mejor, nos hace mejores a todos. No creerás que el espíritu espartano del Atlético de Madrid nos deslumbra en la misma medida. Además, entiendo que debe doler que otro argentino haya superado a Pelé y a tantos otros genios brasileños en el Olimpo de las leyendas del fútbol. Pero es que Messi es Cristo reencarnado. Es sencillamente sublime, una forma de arte antes nunca vista. Y con las cosas de comer no se juega.
Eduardo Gil2 min lectura