Las notas de Hugo (Opinión)

Final impostada

Final impostada
- Hugo Salazar
Hugo SalazarHugo Salazar3 min lectura
El Betis parece estar suscrito a los finales de infarto. Será algo que le persiga eternamente, a menos que haya un rotundo cambio de mentalidad en este club, que parece vivir con la angustia en los talones. Y, una vez más, aventuradamente, se vuelve a tachar de ‘final’ otro partido que se disputa en el fino alambre de la inquietud. El vocablo en sí no le hace ningún favor a este equipo, teniendo en cuenta que los partidos que se disputan bajo ese seudónimo no son para disputar ningún título. No se lleven a engaños: al Betis, históricamente, se le atragantan casi siempre este tipo de 'finales'. El Betis está a seis puntos del descenso, por lo que me parece ejercer una presión innecesaria catalogar este encuentro de última oportunidad. El resultado de esta noche puede servir, por un lado, para dar oxígeno y aumentar el colchón de puntos con el descenso, o, por el contrario, para dar un traspié más hacia el vacío de Segunda.

Cierto y verdad es que, en el último mes, el equipo parece haber dado una amplia zancada hacia ese trágico y sabido desenlace. Porque el seguidor bético conoce ya bastante bien ese camino de ida y vuelta que un año nos lleva al Bernabéu y otro a Los Pajaritos, y está muy fatigado de hacer ese triste peregrinaje.

Hoy no debe haber final que se preste: es sólo un partido importante. Hoy no debemos caer en el engaño con la visita del colista. Hoy hay que correr y hacer correr al equipo levantino. Hoy hay que estar 'enchufados' para ganar y no alterar el pulso de toda la afición. Si alguno no quisiera tirar del carro, podría apartarse del camino y dejar que otros tiren de él, digo yo. Hoy el Betis debe conseguir los puntos para que las personas que lo dirigen den con la tecla de una vez por todas; ya está bien de medias tintas. Hoy es hoy. Ayer fue una pesadilla. Pero mañana debería ser halagüeño. La directiva actual tiene el compromiso de hacer un club de la misma categoría que su afición. Eso sí, no divulguen esa revolución con el equipo en puertas de la salvación; eso me parece un suicidio. Empecemos por los cimientos, no por el tejado. ¿Es tan difícil verlo? Y yo no soy arquitecto.
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