Quique Setién siempre fue un tipo serio. Lo era como futbolista en el Racing, a donde volvió para ser director general deportivo en El Sardinero. Otro club verdiblanco le había elegido para la sagrada misión de sacar del marasmo al Betis, por consejo de un admirador, Torrecilla.
El hombre de fútbol que hoy toma el bastón de mando tenía un punto de coincidencia con los que le han fichado: Setién. Pero tras la decisión de seguir en Las Palmas, el marcador es de dos cero. Nunca sabremos si lo hubiera hecho mejor que Velázquez, cuando se habló con él por primera vez. Me da que sí. Pero ya no habrá una segunda oportunidad. El aprovechamiento de los recursos de cantera, el juego vistoso y su firme carácter gustaban. Por otro lado, no deja de ser un técnico recién llegado a la élite, constructor de equipos con un tope delimitado. Un técnico de perfil medio, así que seamos claros: con la UD Las Palmas, Setién suma dos puntos más en la tabla que el actual Betis. Y aún puede acabar por debajo. Estímulo más que suficiente en las dos jornadas que restan para el entrenador que no está en ninguna quiniela: Juan Merino.
Eduardo Gil2 min lectura