Opinión

Pestilencia olímpica

Pestilencia olímpica
Eduardo GilEduardo Gil2 min lectura
Aunque no sea ahora lo políticamente correcto, hemos de recordar que el Comité Olímpico Internacional anda bajo sospecha. Hace unos meses, 'The Guardian' desveló un caso de soborno en Tokio 2020. Con el mismo protagonista que exigió 5 millones durante el fallido intento de Doha. Salt Lake City en 2002 se llevó por delante a 13 miembros del COI, cuyo ex presidente Rogge fue acusado por el otrora ministro chino de pactar la elección de Pekín 2008.

Juzguen ustedes si no estamos ante todo un conglomerado de corrupción, una multinacional con intereses de contenido deportivo y de muy dudosa reputación. Toda una inspiración para Blatter y compañía. Un 'mamoneo' de gabelas, viajes, dietas y negocios privados con el que se retroalimentan los miembros del COI. Un lobby de raíces aristocráticas capaz de llevarnos de China -para desprecio de los derechos humanos- a las pestilentes aguas de Río, a sabiendas de que las 'mordidas' enterrarán a todo Brasil cuando la llama olímpica se apague.

Tan vergonzoso como la planificada estrategia de dopaje de estado que mantuvo durante décadas la URSS. Un secreto a voces revelado por fin, justamente ahora. Nada hay más político que unos Juegos. Pero que ni la 'favelas', ni la contaminación, ni la seguridad, ni siquiera el Zica paren lo que ya está desatado. Hay que tenerla muy dura para decir al mundo que las prisas de última hora son algo muy brasileño.
Unete a nuestro canal de Whatsapp Únete a nuestro canal de Telegram