Acaba de constituirse oficialmente un nuevo club de baloncesto que está llamado a devolver a Sevilla a la élite de este deporte tras la triste desaparición del Caja. Puede que se tarden años, incluso décadas, pero así es esto. El reto es alcanzar la LEB plata en 12 años mínimo. La ACB de momento, impensable. El nuevo equipo competirá en la última categoría provincial y espera ir ascendiendo deportivamente. La captación de jugadores comenzará en breve. Mientras orientan su vida profesional, los míticos Raúl Pérez o Benito Doblado se han ofrecido a dedicarle el tiempo del que dispongan a la nueva sociedad modestamente inscrita como asociación deportiva. Como todos los empleados del club, ahora están en paro y deben pensar en su futuro y el de sus familias. A propósito, ha comenzado una cuestación solidaria para poder pagar el alquiler del pabellón que necesita el nuevo equipo para los días de lluvia. El resto de partidos se jugarán a cielo abierto. Hay institutos públicos que se han ofrecido en este sentido. Recordemos que las manifestaciones en la calle del cajismo viviente, de las peñas, de los incondicionales, no sirvió para ablandar a La Caixa, a patrocinadores y a políticos. Ninguno se puso de acuerdo. Y al Caja se le dejó morir. Sencillamente desapareció tras más de un cuarto de siglo y a partir de ahora, San Pablo podrá albergar todo tipo de eventos sin problemas de calendario. Las negociaciones con el grupo catalán Torrox fracasaron y la entidad bancaria acordó la disolución a más de mil kms de distancia, en Barcelona. Una pena que a última hora, el Betis y Angel Haro dieran marcha atrás por aquello de no querer ofender a nadie y por mantener una sevillanía de mentira. Sencillamente la ciudad perdió su equipo de baloncesto porque en los momentos de zozobra, los valientes dudaron si dar o no un paso adelante.
P.D. : Este relato es fruto de la turbia imaginación del autor sobre lo que pudo pasar y nunca ocurrió. La realidad es bien distinta: el Betis Energía plus presenta mañana su campaña de abonados en ACB y aspira a superar el número de socios que tenía el Club Baloncesto Sevilla y a llenar San Pablo.
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