Gustavo Poyet es uno de esos técnicos a los que da gusto escuchar. Se nota que el uruguayo es un hombre de fútbol, que tiene bagaje tras su paso por Inglaterra y que transmite, en su forma de hablar, su pasión por el juego. Sin embargo, la mayoría de las cosas que dice en las previas a los partidos no se suelen corresponder con lo que pasa en ellos. Y eso es algo que castigó ayer la afición que quedaba en el Villamarín justo cuando Isco metía el quinto, pidiendo la marcha del técnico charrúa, a quien, de nuevo, no le volvió a funcionar el 1-4-3-3, con Rubén Castro en banda. Se le ve concienzudo al uruguayo, y tiró de quienes más confía a pesar de su forma, como se vio con la titularidad de Jonas Martin y Mandi. Aun así, la cuestión es si morirá con sus ideas o intentará adaptarlas para buscar una solución al desbarajuste total que presentó su equipo. Él mismo lo dijo: "El tiempo se gana con victorias".
Javier Muñoz Zapata1 min lectura