El club de Jeddah, que se desprendió hace unos días del exsevillista Marko Marin, tiene tronío económico para convencer a jugadores de primer nivel, pero flaquea en lo deportivo. La Liga saudí no deja de ser un campeonato menor y eso no acaba de convencer del todo a Mandi y su familia.
En la decisión, como suele ser habitual muchas otras veces, no sólo tendrá peso el futbolista. También su familia. Especialmente en los tiempos que corren, de pandemia. Desde ese prisma, por ejemplo, no parten con tanta desventaja las alternativas árabes.
Mandi es un enamorado, por ejemplo, de
Doha (Catar). Sabe cómo se vive en aquel tipo de ciudades; los lujos y comodidades, por lo que para su familia sería una buena alternativa. Amén de para el bolsillo.
Pero sigue esperando que llegue esa oportunidad del fútbol europeo que acabe de cuadrar con todos sus planteamientos y que realmente sea capaz de decantar una balanza que hoy por hoy mantiene equilibrada la opción de renovación ofertada por el
Betis. La
Bundesliga, una competición que le llama la atención, pierde fuelle. Las ofertas que le llegan no acaban de contentarle, habiendo sido un Schalke colista uno de los últimos en interesarse. La ciuidad, en cambio, ha sido en otra ocasión el inconveniente para los suyos. En Francia, por ejemplo, han comenzado a vincularlo en ciertos foros con el
PSG por una mala interpretación de noticias procedentes de España. Nada; ninguna noticia del conjunto parisino.
Y así sigue el f
uturo de Mandi. Tan incierto como certero: estaría encantado en el Betis, pero también lejos. Su oferta redonda no ha acabado de llegarle hasta el momento y el tiempo corre. ¿A favor o en contra? En Heliópolis no acaban de verlo claro.
Alejandro Sáez5 min lectura