Amaya: "Estoy rabioso... Yo no me tiré de ningún barco"

Atiende a ESTADIO al filo de las once de la noche, justo tras la cena de su equipo en el hotel de concentración de San Pedro del Pinatar y antes de pasar por las manos del fisioterapeuta y marcharse a dormir. "El tiempo que necesites", zanja con tranquilidad, la misma que derrocha para fotografiarse y departir con varios aficionados rayistas de visita. Pero tiene el gesto torcido. No es el Antonio Amaya de Sevilla. Y su lesión no tiene toda la culpa.


- ¿Cómo le va en el inicio de su cuarta etapa en Vallecas?
- Fastidiado. Me gustaría estar bien pronto para que este regreso al Rayo vaya como esperamos. Este club me lo dio todo desde pequeño y volvió de verdad a buscarme en junio. Me quería, me lo hizo ver y me tiene. Lástima que el pubis no me deje jugar al fútbol. A duras penas puedo hacer el trabajo físico, porque me sigue molestando. Si continúa así, tendré que pasar por el quirófano. Es lo mismo que me impidió estar en las últimas seis jornadas de la temporada pasada.


- Cuando dicen que se borró...
- Sí. Lo dicen dos. Solamente dos. Después de una etapa maravillosa de tres años en los que lo di todo sobre el campo y metí la pierna hasta el final, me duele que quieran manchar mi imagen. La verdad es que estaba lesionado y aún sigo. Quiero aprovechar esta entrevista para dejar claro al beticismo que no me tiré de ningún barco. Me ofenden profundamente todas esas mentiras sobre mí. Estoy rabioso, porque han dudado de mi profesionalidad.


- Porque a usted no le habría importado seguir en Segunda.
- Han dicho que no hubo acuerdo económico, pero es falso, porque tenía un pacto con los anteriores dirigentes y esperé a que llegaran los otros y un nuevo secretario técnico. Pero Alexis no tuvo el valor de ofrecerme nada. Se guio por quienes dijeron en un informe que me quité del cartel. Y es rotundamente falso.


- Por desgracia, recordará su paso por el Betis por este final.
- Espero que no. Ahora estoy encorajinado por las mentiras que han dicho dos personas sobre mí, pero se me pasará. Para mí ha sido un orgullo vestir esa camiseta y me habría encantado seguir haciéndolo. He jugado en un grande de España y, el día de mañana, podré presumir ante mis nietos. Mis dos hijos han nacido en Sevilla y son dos béticos más. No me pueden quitar eso.


- ¿Está siguiendo la reconstrucción de su ex equipo?
- Cada día que puedo entro en Internet para ver qué hace el Betis. He seguido los fichajes que han hecho y tienen buena pinta. Espero que se conjunten pronto y que el grupo dé un rendimiento regular durante el año, porque la Segunda división es larguísima y muy complicada. Cada equipo que juegue contra el Betis, sobre todo el que vaya al Benito Villamarín, querrá hacer el partido de su vida. No es un club ni un campo normales. Pero hay que ascender como sea.