Hoy, 29 de diciembre, hace justo un año que
Pepe Mel volvía a ponerse el chandal del Betis. Aquél día, unos 10.000 béticos acudieron al entrenamiento del primer equipo para darle una cálida bienvenida. Agonizaba el 2014 y su regreso alimentaba la ilusión de un nuevo ascenso que terminaría consiguiendo con cierta holgura a finales de mayo. Ahora, 365 días después, el técnico madrileño hace balance para ESTADIO Deportivo, donde deja una importante revelación sobre su futuro, fruto del desgaste que, en su opinión, ha sufrido en el desarrollo de sus funciones.
- Ahora que acaba el año, es momento de hacer balance. ¿Cuál es el suyo de este 2015?- El que resume todo es que empecé en Alcorcón y lo termino en el Camp Nou. Eso quiere decir que todo lo que ha pasado entre medio ha sido muy bueno para el Betis.
- En aquella época, el apoyo a Pepe Mel era unánime. ¿Nota que ahora hay cierta división de opiniones?- Tengo claro una cosa: cuando el 2 de diciembre me destituye el Betis, el 99,5 por ciento de la gente me adoraba. Hoy, seguramente, habremos bajado 40 puntos. Quema el cargo, queman las decisiones, cosas que la gente no sabe y que yo tengo que seguir adelante con ellas. La gente sólo ve los domingos. No sabe lo que pasa entre semana. Por eso te digo que el punto final de un cargo, unas veces lo pone el club y otras veces se lo pone uno mismo, yo lo que quiero ahora mismo es llegar al 30 de junio. No sé lo que voy a hacer más allá de esa fecha.
- Pero tiene contrato un año más.- Tengo contrato, pero tengo la libertad para irme. Nadie me puede obligar a estar aquí.
- ¿No se ve en el Betis más allá de esa fecha?- No, no me veo. Me veo hasta el 26 de mayo. No me veo, ahora mismo. Me veo trabajando para que el Betis se quede en Primera con toda la fuerza posible.
- Usted que ha vivido los peores momentos del club a nivel deportivo, ¿no le gustaría dirigir a un Betis que luche por algo más que la permanencia?- A lo mejor, esa tarea le corresponde a otro. A mí, de momento, me han pillado las malas. Yo sé lo que vivo ahora. Estoy feliz, me encuentro muy a gusto en el día a día, tengo a un presidente encantador, con Haro y Josemi Catalán me llevo muy bien, no puedo reprocharles absolutamente nada. Hay 50.000 en un estadio, y 25 te dirán qué bien lo haces todo, incluso cuando te equivocas. Y los otros 25, al revés. Eso me va a pasar aquí y en cualquier equipo, pero, ¿cuál es la diferencia?, que aquí estoy en mi casa, y sinceramente, lo que quiero es irme con el cariño de la gente, no quiero irme forzado por nada.
- No sabe lo que pasará en junio, pero al menos sí sabe qué es lo que espera de este mes de enero. Cuénteme cómo van las gestiones para el mercado invernal.- Macià me va contando las cosas que va haciendo y las situaciones de futuro, me pide opinión. Ahora, los dos estamos más centrados en quitar todas esas fichas que hay ahí (se refiere a la pizarra en la que tiene colocado a todos los jugadores de su plantilla), y no es fácil. Piensa que para un entrenador trabajar todos los días con 29 jugadores no es nada fácil. El primer perjudicado es la cantera, porque con tanto profesional es imposible subir a nadie joven.
- ¿En qué están de acuerdo y en qué difieren?- Lo de los descartes es un trabajo que tiene que hacer él. Yo le puedo decir éste, éste, éste y éste vamos a intentar que puedan salir, pero es un trabajo que le corresponde a él. Él está de acuerdo conmigo, pero sé que no es sencillo.
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Isabel Morales5 min lectura