La suerte del campeón

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La suerte del campeón
- 21/05/2014
Resulta bastante más cómodo -y económico- ver un partido en el sofá de casa, por televisión, pero el sevillista es consciente de que desde la grada, desde cualquiera que sea, puede ayudar a empujar un balón, insuflar fuerzas a uno de sus jugadores para que gane una carrera o amedrentar al rival para que falle un penalti. Rara vez el aficionado nervionense dice "mañana juega el Sevilla". Dice "mañana jugamos". Se siente partícipe. Se sabe partícipe.


Los jugadores conocen que jugar sin el aliento de una afición es como bailar sin música, pero los blanquirrojos cuentan con la fortuna de que su tocadiscos, con El Arrebato como ´hit´, nunca deja de sonar. Y es por eso que fueron a verles a Turín, como a Valencia o Estoril, donde comenzó la ilusión por reconquistar un trofeo que ya se siente como propio. El fútbol, según Enric González, es lo que se vuelca en él, y en Nervión se entrega todo: la voz, la mente y el alma.


Resulta obvio que el Sevilla no habría podido levantar su tercer ´paragüero´ sin algo de fortuna. Incluso el mejor equipo del mundo la necesita para alcanzar el éxito. Siempre he pensado que la suerte es fortuita, casual. Aparece sólo caprichosamente. Puedes encontrarte dos billetes en el suelo en una misma semana y no agacharte más a por ninguno en toda tu vida. La buena suerte es distinta. Ésa se busca. Larry Bird lo explicaba así: "Es curioso: cuanto más entrenamos, más suerte tenemos". Este Sevilla ha trabajado mucho. Emery no ha dejado de hacerlo en cada entrenamiento, por ejemplo, ensayando jugadas a balón parado, de falta, de córner o en saques de banda, como el que acabó con el ya mítico testarazo de M´Bia en Mestalla.


También la ´suerte de los penaltis´ tuvo un porqué: el entrenador de porteros, Javi García, estudió todos los lanzamientos que había realizado el Benfica durante las dos últimas temporadas. Beto no intuyó los disparos; sabía por dónde irían, como sabían el portugués y sus compañeros que tendrían la música suficiente en esta Europa League como para terminar extenuados de bailar al son de su inquebrantable afición. De Estoril a Turín, sin parar. Bendita suerte tiene este Sevilla.
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