Zidane y tridentes

Los quiero altos, buenos y fuertes. Esa es la única forma de competir con los grandes y esa es la apuesta del Sevilla. Más allá de Unai o de que el contrapunto lo ponga Banega, lo que se busca en el Sánchez Pizjuán son jugadores potentes y de excelencia. Por eso, Emery anda obsesionado con acumular centrocampistas, con los centímetros para el balón parado, y por eso vino Llorente. En una década, el club ha sabido cambiar el patrón futbolístico de aquel equipo de Juande que jugaba como los ángeles, por otro -también de éxito- muy distinto y que ha venido para quedarse. Cumpla su contrato el entrenador o no, Monchi sabe lo que quiere, lo que busca, y no todos no pasan el control de calidad. El filtro añadido es la velocidad, un valor esencial en el fútbol moderno. El juego es cuestión de reaccionar en décimas de segundos. Mantener la rapidez y la frescura una temporada, es el objetivo de los preparadores.
Junten a buenos futbolistas en torno a la partitura de un entrenador que sabe lo que hace y les saldrá un equipo que lucha por la Champions cuando no logra títulos. El Atlético de Madrid de Diego Pablo Simeone forjó un grupo duro de ganar, con un presupuesto inferior a los grandes, pero muy superior al del Sevilla. Salvando las distancias, por ahí van los tiros. A contraestilo. Es la única forma de lograr algo frente a zidanes y tridentes.
Junten a buenos futbolistas en torno a la partitura de un entrenador que sabe lo que hace y les saldrá un equipo que lucha por la Champions cuando no logra títulos. El Atlético de Madrid de Diego Pablo Simeone forjó un grupo duro de ganar, con un presupuesto inferior a los grandes, pero muy superior al del Sevilla. Salvando las distancias, por ahí van los tiros. A contraestilo. Es la única forma de lograr algo frente a zidanes y tridentes.