Rafa Nadal se sincera un año después de su retirada: ''El físico da para lo que da, y la cabeza también''
El balear ha repasado su carrera tras colgar la raqueta y ha reflexionado sobre lo que supuso competir durante años contra Roger Federer y Novak Djokovic. Ya fuera del circuito, admite que el desgaste físico y mental influyen en la forma de juego

Rafa Nadal no deja espacio para el 'que habría pasado sí'. El 19 de noviembre se despidió de su carrera profesional jugando su último partido en las Finales de la Copa Davis en Málaga. Más de un año hace de aquel día, en el que el día a día de la leyenda del tenis español ha dado un giro total hacia una vida más calmada.
Un Rafa Nadal alejado del tenis
Según cuenta él mismo en una entrevista con AS, su perfil como tenista es una ''etapa cerrada'' con un cambio radical de su vida en el que dice haber encontrado la felicidad y estar disfrutando mucho: ''No vivo pensando que fui tenista. El recuerdo siempre estará, pero ya no vivo pensando en tenis, más allá de momentos puntuales en la Academia''.
''El físico da para lo que da a día de hoy, y la cabeza también'', sentenciaba sobre un tema en el que está bastante concienciado, sabiendo que la máquina no podía forzarse más y que había dado para mucho. Un Rafa Nadal que se centra en la Academia, donde volvió a coger la raqueta para echar una mano a Alina Korneeva y Alexandra Eala: ''Lo he tomado sin expectativas ni interés, solo para hacer de sparring y ayudar a las chicas''.

Aquel maravilloso Big Three
Ahora que ya se ha alejado del mundo que tantas alegrías le ha dado, confiesa ni corto ni perezoso que contra Roger Federer ''el plan estaba claro, sobretodo al comienzo'': ''Apretarle el revés con la pelota alta muchas veces, hasta que se quedaba más parado esperando otra vez el tiro y entonces yo podría cambiar hace a su drive'', una práctica que requería ''un esfuerzo mental'' pero admite que era ''la más factible''.
Con Novak Djokovic era más complicado, ya que era ''más aleatorio'' admitiendo que en pista dura en los últimos años ''el físico no me daba para ciertos esfuerzo, me costaba muchísimo más''. También tiene claro que ''sabía que mis opciones eran mayores en tierra o hierba que en pista dura, sobre todo en mis últimos años''.
Eso sí, cuando se le cuestiona sobre si había alguna jugada secreta que no pudiese contar en aquel entonces, no duda: ''Ojalá hubiera sido tan bueno como para esconder cosas… Hemos estado tantos años viéndonos unos a otros que tampoco escondía mucho. Yo daba lo que tenía, sin secretos: intentaba buscar soluciones en cada momento. Si algo funcionaba, intentaba repetirlo; si no funcionaba, intentaba cambiarlo''.