El cambio de estilo, desde los pies de Beto
El meta, tras su error ante el Celta, ha modificado radicalmente su forma de golpear el balón, buscando ahora a sus compañeros en largo.

Hoy, tras tres partidos consecutivos ganando fuera de casa, todo se aprecia por Nervión de otro color. Hubo un tiempo no muy lejano, sin embargo, en el que Unai Emery llegó a jugarse el puesto. Fue justo después del partido frente al Celta e inmediatamente antes de visitar Cornellá-El Prat. Durante esa semana, el técnico vasco tocó la tecla que produjo una metamorfosis de estilo en el Sevilla y que, por ende, le salvó de ser destituido.
La idea primaria del preparador vasco pasaba por realizar un fútbol ofensivo, de posesión, por lo que su Sevilla debía girar en torno a Ivan Rakitic. El suizo-croata se situaba en el doble pivote con el fin de contactar permanentemente con el balón y sacarlo jugado desde atrás, desde muy atrás. Tanto, que era él quien recogía el cuero en el borde de su área, y a pies de Beto, para tratar de comenzar a enlazar un fútbol de toque que pocas veces dio buen resultado.
Así, a partir del choque frente al Espanyol, Emery optó por un doble pivote de corte más defensivo (M´Bia-Iborra), adelantando a su vez hasta la mediapunta la posición de Rakitic, quien ya no puede bajar a recibir en corto de pies del meta luso. Con ello, y por evitar otro error como el que Beto cometió ante el Celta (regaló el definitivo 0-1 a Álex López), el Sevilla ha cambiado el fútbol combinativo por el juego directo y el contragolpe.
Ahora, al contrario que en el primer tercio de campeonato, Beto lanza en largo la mayoría de los balones que toca. De hecho, en el primer partido fuera, ante el Levante, dio el 100% (7 de 7) de sus pases en corto (5 de ellos a Fede Fazio), mientras que en el último choque fuera (Granada) sólo cedió así dos de los 13 totales. Iborra (1,95 m) y M´Bia (1,90 m), casi siempre los destinatarios, facilitan la recepción, así como que las jugadas de ataque comiencen ahora desde mucho más arriba. Cambio de estilo.
La idea primaria del preparador vasco pasaba por realizar un fútbol ofensivo, de posesión, por lo que su Sevilla debía girar en torno a Ivan Rakitic. El suizo-croata se situaba en el doble pivote con el fin de contactar permanentemente con el balón y sacarlo jugado desde atrás, desde muy atrás. Tanto, que era él quien recogía el cuero en el borde de su área, y a pies de Beto, para tratar de comenzar a enlazar un fútbol de toque que pocas veces dio buen resultado.
Así, a partir del choque frente al Espanyol, Emery optó por un doble pivote de corte más defensivo (M´Bia-Iborra), adelantando a su vez hasta la mediapunta la posición de Rakitic, quien ya no puede bajar a recibir en corto de pies del meta luso. Con ello, y por evitar otro error como el que Beto cometió ante el Celta (regaló el definitivo 0-1 a Álex López), el Sevilla ha cambiado el fútbol combinativo por el juego directo y el contragolpe.
Ahora, al contrario que en el primer tercio de campeonato, Beto lanza en largo la mayoría de los balones que toca. De hecho, en el primer partido fuera, ante el Levante, dio el 100% (7 de 7) de sus pases en corto (5 de ellos a Fede Fazio), mientras que en el último choque fuera (Granada) sólo cedió así dos de los 13 totales. Iborra (1,95 m) y M´Bia (1,90 m), casi siempre los destinatarios, facilitan la recepción, así como que las jugadas de ataque comiencen ahora desde mucho más arriba. Cambio de estilo.