Reciente cónclave entre representantes para hacer caja con el ariete colombiano

La marcha de los cracks pasa por sus cláusulas

En Eduardo Dato tienen claro que no negociarán en enero por ninguno de sus jugadores más cotizados (Krychowiak y Bacca), remitiendo a los 30 millones de euros que marcan sus respectivos contratos como peaje para posibilitar su difícil adiós

La marcha de los cracks pasa por sus cláusulas
Los sevillistas Grzegorz Krychowiak y Carlos Bacca celebran uno de los goles conseguidos durante la victoria del conjunto nervionense en el derbi regional ante el Córdoba. - Alejandro Sáez
Alejandro SáezAlejandro Sáez 4 min lectura
La cláusula de rescisión o nada. De esa manera tan concisa y escueta podría resumirse la opinión de los de Nervión ante el interés de los grandes de Europa en alguno de sus estrellas, siendo el polaco Grzegorz Krychowiak y el colombiano Carlos Bacca aquellos que más ´novias´ acumulan a sus espaldas.


Unos intereses que, de llegar a consumarse durante el próximo mercado invernal, se toparían frontalmente con la entidad blanquirroja, que en principio no contempla la huida de ninguno de ellos en enero y que tendrían que verse aplazados hacia el próximo verano, cuando ya sí se convertirían en operaciones factibles, que no sencillas.


En el Sánchez Pizjuán no están dispuestos a desmantelar su actual plantilla así porque así, aunque la política nervionense y los precedentes de las dos últimas temporadas invitan a pensar que serán varios los ´cracks´ que dirán adiós a partir del 1 de julio. Eso sí, pasando por el peaje previo que suponen sus cláusulas de rescisión.


En el caso del internacional polaco, son varias las informaciones procedentes de Inglaterra anunciando que el Arsenal ya tendría preparada una oferta de unos 23 millones de euros por el mediocentro, que también se encuentra en la órbita del Borussia Dortmund. Una cuantía que se antoja insuficiente y bastante lejana a los 30 kilos que marca su cláusula de rescisión.


No muy distinto es el caso del delantero Carlos Bacca, quien se encuentra en la agenda de muchos clubes europeos, que lo siguen de cerca a pesar de que recientemente haya visto revisado su contrato, obteniendo una mejora salarial que ha adecuado sus ingresos al rendimiento ofrecido sobre el terreno de juego como sevillista.


Tanto es así que, como ha podido llegar a conocer ESTADIO Deportivo, hay varios intermediarios moviendo al ariete sevillista por las grandes ligas europeas (Alemania, Italia e Inglaterra), en busca de un posible destino que satisfaga tanto al futbolista como al club nervionense y que, lógicamente, reporte cuantiosos beneficios a aquellos que participen en la operación.


La semana pasada, sin ir más lejos, se produjo un encuentro entre uno de ellos y Mariano Aguilar, quien fuera agente de José Antonio Reyes y, junto a Juanma López, sea uno de los hombres de confianza del sevillista Bacca, quien pese a no contar con representante, suele ponerse en manos de los dos agentes anteriormente mencionados, quienes, además, representan al fondo inversor Doyen Sports en España.


Durante el encuentro, llevado a cabo en Madrid aprovechando la escala del intermediario en la capital de España, fueron muchos los temas a tratar entre ambas partes, siendo la situación del delantero sevillista una de ellas. Como conclusión, lógicamente, se llegó a la idea de buscarle algún equipo interesado, haciendo hincapié en la posibilidad de acabar recalando en la Premier y de retomar el interés del Inter.


El mencionado intermediario puso en conocimiento de Aguilar una posible oferta del Wolfsburgo, segundo clasificado de la Bundesliga y en búsqueda de un delantero top. El hecho de que el conjunto alemán no llegara a los 30 millones de euros de su cláusula y que no sea considerado por Bacca uno de los conjuntos punteros de Alemania fueron las razones que acabaron con una posibilidad que se descartó prácticamente antes de ponerse sobre la mesa. Pese a ello, la proximidad del mercado invernal y los movimientos al respecto invitan a pensar que el futuro del colombiano dará mucho que hablar. El clausulazo, eso sí, siempre por delante.
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