Dado el nivel de los clubes que conformaban el sorteo de
unos octavos de Europa League muy exigentes, el Sevilla puede darse por afortunado, si bien deberá extremar la precaución ante un Basilea que no sólo tiene
la motivación de acoger la final de esta edición, sino que en las últimas temporadas ha sido
un habitual en la Champions, donde ha completado
algunas gestas importantes, eliminando, por ejemplo, al Liverpool.
El conjunto de Urs Fischer es
líder destacado en la Super League helvética, aventajando en 15 puntos al segundo, el Grasshoppers, si bien se ha visto
debilitado durante el mercado invernal, cuando ha perdido a Mohamed
Elneny (Arsenal) o a Shkelzen
Gashi (Colorado), viendo, además, cómo se lesionaban el pujante delatero Andraz
Sporar o el extremo Jean-Paul
Böetius, justo cuando el extremo, que ya se enfrentó al Sevilla el pasado año en esta misma competición con el Feyenoord, empezaba a mostrar la calidad que se le presupone. Con el fichaje de Renato
Steffen (Young Boys), en cambio, sí que ha dado un salto de calidad interesante, pues se trata de un futbolista que podría rendir en una liga de mayor nivel.
La principal disposición táctica del Basilea es el
4-2-3-1, aunque también puede moverse sobre un 4-4-2 o un 4-3-3. Por líneas, destacan su portero, el meta checo Tomás Vaclík; el vereteano central Walter
Samuel, a quien Gameiro puede crear problemas con su veocidad, pero que asegura una salida precisa en corto y a la espalda de las zagas rivales; su compañero Marek Suchy, o el lateral diestro Michael Lang, si bien se trata de la línea más frágil del cuadro suizo, tras salir en los ultimos años dos puntales como Aleksandar
Dragovic (Dynamo de Kiev) o Fabian
Schär (Hoffenheim).
En el mediocentro, Taulent Xhaka (hermano del excelente futbolista del Mönchengladbach) y Luka Zuffi han crecido mucho (éste lo demostró sobradamente en el pasado jueves, en la vuelta ante el Saint-Étienne), si bien
lo mejor es su línea de mediapuntas, con el mencionado Steffan, un Matías Delgado más protagonista, el islandés Birkir Bjarnason y, sobre todo,
Breel Embolo, quien en verano, seguro,
dará el salto a uno de los clubes top de Europa y que, para fortuna del Sevilla, no podrá jugar la ida, al estar sancionado.
Su referencia es el clásico Mark
Janko, quien ya se enfrentó al Sevilla con el Red Bull y a quien trata de encontrar Matías Delgado por dentro o bien Samuel en pases lagos, ya que es una gran dominador del espacio aéreo. Pese a su lentitud, siempre
promedia un buen número de goles.En líneas generales, el cuadro de Unai Emery se va a encontrar a
un anfitrión venido a menos, por la pérdida de talento en el eje de la zaga y el mediocentro, con su estrella sancionada para la ida y con el plus de haber vivido los últimos años abonado a la épica, un rival de los más frágiles del bombo de octavos que, sin embargo, tiene algunos elementos para tratar de dar guerra.