Las palabras de
Luis Enrique reconociendo públicamente que no continuará la próxima temporada en el banquillo del
Fútbol Club Barcelona no han hecho más que potenciar las informaciones procedentes de Cataluña vinculando a
Jorge Sampaoli con el conjunto culé, algo que el de Casilda, sin embargo, quiso zanjar a las primeras de cambio afirmando que "hablar de candidatura" o de
"supuestos" en un momento del torneo en el que "sólo" le
"vincula el Sevilla" no tiene sentido.
"Esta pregunta no tiene respuesta porque no existe", espetó en rueda de prensa el de Casilda dejando tan claro como él acostumbra que hoy por hoy no piensa más allá de
Nervión y la posibilidad de seguir luchando por hacer algo grande con el Sevilla tanto en
Liga como en
Liga de Campeones en la que es, ésta, su primera temporada en Europa: "La actualidad del
Sevilla nos imposibilita pensar en otra cosa. Estamos vinculados a muerte por este proyecto deportivo y seguiremos luchando para estar arriba por este proyecto".
Y es que las razones del exseleccionador chileno son otras que nada tienen que ver con el
Barcelona, y más con su personalidad en sí y con todo lo que rodea al
Sevilla Fútbol Club, entidad que esta temporada vive en una nube gracias a los resultados deportivos y a una planificación deportiva que hasta la fecha parece haber posibilitado un salto más dentro de la exigencia propia que venía promulgando el conjunto nervionense, pentacampeón de la
Europa League, a lo largo de la última década. De ahí que
Sampaoli no quiera dejarse llevar por el 'carpe diem', amén de que además tiene ya un año más firmado.
José Castro, presidente del club, ya se ha encargado de anunciar por activa y por pasiva que el deseo del club no es otro que el de ampliarle una temporada más, iniciativa que ha sido recibida por el argentino como un elogio, más que como una propuesta en sí. Y es que el de
Casilda, que es muy feliz en
Nervión, aún no se ha reunido con nadie, más allá de una mera
comunicación informal en la que el utrerano le manifestó los deseos sevillistas de seguir vinculados de largo.
Y ahí, en parte, es donde radican las
principales razones de
Jorge Sampaoli para no pronunciarse afirmativa o negativamente al respecto. "No lo tengo claro por qué no nos hemos reunido formalmente para proyectar el futuro del club. Lo cierto es que hay intenciones, hay un equipo que quiere luchar para estar arriba y por ese camino vamos. Viviendo la realidad, que es lo deportivo. En el corto plazo no habrá momentos para decidir sobre el futuro porque el presente es muy intenso", explicó Sampaoli, quien modificó levemente su tono de voz a la hora de dar sus razones para no pronunciarse al respecto hoy por hoy sobre su
futuro, al que da largas por cuestiones varias.
Por ejemplo, que desde el club se hayan encargado de airear sus planes de renovación antes de sentarse formalmente con él cara a cara; una reunión en la que el de Casilda quiere conocer cuáles son las intenciones en la
parcela deportiva, cuánto habrá destinado a mantener o reforzar la plantilla y, quizás lo más importante, si
Monchi continuará, o no, al frente de una
dirección deportiva que, teme, cambiará demasiado si el de San Fernando acaba abandonando el barco. En definitiva, una serie de incertidumbres lo suficientemente poderosas a las que también habría que sumarle lo
económico -bien es conocido el aspecto poco altruista del técnico argentino- como para 'amarrarse' a las primeras de cambio, movido por el éxtasis del momento. Es decir, que fiel a su estilo,
Sampaoli no escucha... y sigue.