Paulo Henrique
Ganso no tiene intención alguna de moverse del Sevilla. Tanto el mediapunta como su familia (tiene dos hijas pequeñas)
se adaptaron rápidamente a la vida en la capital hispalense. Valoran la metereología, la comida y trato que se les dispensa, dentro y fuera del club. El brasileño no entraba en los planes de Sampaoli por falta de aclimatación, ni mucho menos, sino porque
llegó lesionado,
la competencia es muy elevada en su zona y el equipo, con dos finales nada más comenzar la temporada, necesitaba
rendimiento inmediato.
En enero
llegaron varias propuestas por Ganso, la mayoría de cesión (su precio y su ficha son elevados como para llevárselo a título definitivo), pero
ni el jugador quiso irse a ningún país exótico
o a su país,
ni Monchi lo veía conveniente, dado que lo único que necesita el ex del Sao Paulo es entender cuanto antes
el ritmo de juego de la liga española.
Calidad tiene de sobra, como demuestra cada vez que está en el terreno de juego.
Desde Brasil, no obstante,
insisten en repatriarle. A poco de comenzar la Série A, son varios los clubes que han tanteado su llegada, si bien todos han obtenido la misma respuesta por parte de su agente:
"No".
"Ganso
tiene cuatro años de contrato en el Sevilla y
está feliz y tranquilo en España. Empezó mal la temporada porque llegó lesionado, pero después
se entrenó fuerte y respondió. Cuando el equipo empezó a perder, el entrenador le dio una vuelta al equipo y
él se hizo con un hueco", ha dicho en Praetzel uno de sus agentes, Giuseppe Dioguardi.