La verdad de Steven Nzonzi

La verdad de Steven Nzonzi
El francés cree estar en la posesión de la verdad. - Carlos Pérez
Carlos PérezCarlos Pérez5 min lectura
En el Sevilla están muy molestos con Steven Nzonzi. No ya sólo por su díscola actitud. También, por considerarlo egoísta al realizar unas declaraciones incendiarias pocas horas antes de que el equipo nervionense dispute un encuentro trascendental, en el que se juega el pase a los octavos de final de la Liga de Campeones y, por ende, su prestigio y muchos millones de euros. La plantilla, por suerte para los intereses sevillistas, se ha desmarcado completamente del asunto y, si cabe, unido más aún.

El caso es que Nzonzi también está molesto con el club. Es más, cree firmemente tener la razón en toda esta historia. Siente que es la víctima, ya desde el pasado verano. Y eso que, tras la última revisión de su contrato, se convirtió en el mejor pagado de la plantilla. No sin muchos tira y afloja, Castro consiguió atar al francés hasta 2020 y aumentarle su cláusula de rescisión hasta los 40 millones de euros. Es decir, ganaban todos. 

Todo cambió durante el pasado mercado estival, cuando Nzonzi vio marcharse a Monchi (un guía para él, como para otros muchos), Sampaoli (le hizo amo del centro del campo), Nasri y Rami (sus dos grandes apoyos en el vestuario).  La llamada de la Juventus fue su salvavidas. Su padre alcanzó rápidamente un acuerdo con la 'Vecchia Signora' y llegó a imaginarse vestido de blanco y negro. Por una gran oferta, hubiese salido, pero el 'caso Vitolo' y la incertidumbre sobre si el nuevo director deportivo iba a ser capaz de reemplazar con acirto a dos pilares tan importantes llevó a Castro a exigir la cláusula.

Tras andar bastante despistado y separado incluso de sus compañero, una vez cerrado el mercado Nzonzi se puso las pilas. Al menos, una... Hasta el lío durante el partido ante el Liverpool, cuando abandonó el estadio (por suerte, no estaba entre los elegidos para realizarse después el control antidopaje, como refleja El Confidencial) y ya no incorporó a los entrenamientos hasta el viernes, no yendo a ver a Berizzo al hospital, una vez que el argentino fue operado. 

Pero ¿cuáles son los motivos que esgrime Nzonzi para sentirse martirizado y querer marcharse del Sevilla? 

1. Que el club fuese inflexible con su salida. Su padre llevó varias propuestas, pero Castro no atendió ninguna. La cláusula o nada. 

2. Que Berizzo le culpase en el descanso del 3-0 ante el Liverpool. El 'Toto' le gustan los mediocentros de que agitan, de constante ida y vuelta, y le achacó su presunta pasividad, algo que Nzonzi considera injusto, dado que, pese a no tener las condiciones ideales para ese desempeño, asegura haberlo dado todo siempre para adaptarse al estilo del expreparador del Celta. 

3. La gestión de la crisis por parte del club. Castro y Arias han dejado por completo el asunto en manos del cuerpo técnico, algo que al jugador, que se entrena ya como los demás pero que nunca va citado, le ha hecho pensar que le han abandonado. Con Monchi se sentía más protegido y comprendido. 

4. Que se hayan dicho cosas, como que ha ido a Londres para buscar ofertas, que son inciertas. Realmente, Nzonzi pidió permiso para viajar y estar con su hija, a la que no tiene la oportunidad de ver normalmente, mientras el equipo se encontraba en Eslovenia. 

Ya sólo hay una solución, aunque tampoco es fácil. El Sevilla, que se sentará con el galo para pedirle explicaciones tras jugar en Maribor, está dispuesto a dejarle salir, siempre y cuando la cantidad supere al menos los 30 millones de euros. El padre del futbolista tiene trabajo y éste, un marrón. 
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