José Castro se pone duro con Ganso

Al igual que el Sevilla se está topando con los precios inflados del actual mercado de fichajes, en Nervión quieren hacer valer sus activos y se están mostrando exigentes con futbolistas como Marc Gual, por el que solicitan al Zaragoza los cinco kilos de su cláusula; Lenglet, por el que no negocian y remiten a los 35 millones que marca su cláusula (no les queda otra) o Paulo Henrique Ganso, que no tiene sitio en Nervión y cuenta con numerosas ‘novias’ para salir... siempre que sea con la carta de libertad bajo el brazo.
Una condición que, lógicamente, choca frontalmente con las intenciones del presidente, José Castro, quien le ha negado al brasileño y su representante la condición de agente libre, como era su deseo para salir. En el Sánchez-Pizjuán, que abonaron diez millones por el brasileño (aún quedan por pagar seis de ellos), desean recuperar parte de la inversión por un futbolista que, tras haberse llevado seis meses apartado del equipo por Montella y con un caché de algo menos de dos millones por curso, no tiene cartel a esos niveles, por lo que se aferra a los tres años más de contrato que tiene firmados, con el gasto añadido que ello supone para las arcas sevillistas. Una lucha de egos en la que cada una de las partes mira por su beneficio propio y en el que tanto unos como otros juegan sus cartas. Pese a ello, desde el entorno del brasileño indican a este diario que confían en que ambos encuentren una solución a finales de agosto, como muy tarde.
Mientras tanto, Ganso tiene pensado incorporarse al Sevilla de Pablo Machín como uno más, a pesar de conocer que no cuenta para él. Una forma más de presionar y hacer valer sus tres años más de contrato ante un Sevilla que le niega la carta de libertad que anhela desde febrero para firmar con alguna de sus ‘novias’ por cinco años y recuperar, con creces, lo firmado con el Sevilla. En Nervión, mientras, estudian cómo poder darle salida de manera 'beneficiosa'. En las próximas semanas habrá una nueva reunión al respecto.
Una condición que, lógicamente, choca frontalmente con las intenciones del presidente, José Castro, quien le ha negado al brasileño y su representante la condición de agente libre, como era su deseo para salir. En el Sánchez-Pizjuán, que abonaron diez millones por el brasileño (aún quedan por pagar seis de ellos), desean recuperar parte de la inversión por un futbolista que, tras haberse llevado seis meses apartado del equipo por Montella y con un caché de algo menos de dos millones por curso, no tiene cartel a esos niveles, por lo que se aferra a los tres años más de contrato que tiene firmados, con el gasto añadido que ello supone para las arcas sevillistas. Una lucha de egos en la que cada una de las partes mira por su beneficio propio y en el que tanto unos como otros juegan sus cartas. Pese a ello, desde el entorno del brasileño indican a este diario que confían en que ambos encuentren una solución a finales de agosto, como muy tarde.
Mientras tanto, Ganso tiene pensado incorporarse al Sevilla de Pablo Machín como uno más, a pesar de conocer que no cuenta para él. Una forma más de presionar y hacer valer sus tres años más de contrato ante un Sevilla que le niega la carta de libertad que anhela desde febrero para firmar con alguna de sus ‘novias’ por cinco años y recuperar, con creces, lo firmado con el Sevilla. En Nervión, mientras, estudian cómo poder darle salida de manera 'beneficiosa'. En las próximas semanas habrá una nueva reunión al respecto.