Un repaso a las instantáneas visuales y sonoras que deja el encuentro de este domingo entre el Sevilla FC y el Athletic Club supone prácticamente un resumen de toda la temporada, donde ha habido para todo. El triunfo cierra el círculo en positivo para los nervionenses, que recibieron la indulgencia y el cariño de la grada, que dejó claro que la 'Bombonera' siempre ganará puntos o acercará los logros que parezcan imposibles. La desesperación de En-Nesyri, con las persianas bajadas ante la meta de Unai Simón; los caprichos del VAR, que privó de los dos primeros goles, uno por bando; la cornada a tiempo de Rafa Mir para demostrar que mereció más minutos en el cómputo general... Los focos se dirigieron a diferentes zonas del coliseo sevillista, con una buena entrada a última hora del fin de semana para decir adiós de la mejor manera a los profesionales.
Parece una osadía calificar de irregular una campaña en la que sólo se perdió en casa ante el líder y campeón, el Real Madrid, además en el alargue, y en la que los de Julen Lopetegui fueron los menos goleados, pero lo cierto es que las sensaciones fueron claramente de más a menos. Desde la euforia de la primera vuelta, cuando los blanquirrojos se asentaron en la segunda plaza, aprovechando el flojo arranque de Barcelona y Atlético de Madrid, para que los merengues vieran su matrícula por el retrovisor más cerca de lo deseado varias semanas. Después, las eliminaciones en Copa del Rey y los dos torneos europeos, fruto quizás del cansancio por la acumulación de minutos de unos pocos debido a la plaga de bajas, geneneró incertidumbre, una involución clara en el juego y un debate sobre el futuro del entrenador, aparcado y casi descartado por Monchi y el presidente Castro.
La consecución del objetivo principal amainó el temporal, aunque lógicamente hay que hacer un análisis profundo de la situación y depurar responsabilidades donde las haya. El aprobado o el bien nunca son suficientes en una entidad de la magnitud del Sevilla, que ha tocado la gloria en ocasiones muy recientes, por lo que el sabor agridulce es lógico y hasta loable. Habrá que tomar decisiones, pero, por ahora, toca descansar con una sonrisa en los labios. Ya habrá tiempo de que en los despachos del Ramón Sánchez-Pizjuán se produzcan reuniones a diferentes escalas, llamadas, revisión de informes... El verano por adelantado, también en lo meteorológico, es el caldo de cultivo ideal.
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