La adaptación de Ganso, una tarea común

Todos en Brasil hablan maravillas de Paulo Henrique Ganso. Se extrañan, de hecho, de su escaso protagonismo en Nervión. Pero, a sus 26 años, el talentoso centrocampista nacido en Ananindeua está pagando caro el peaje de su salto al fútbol europeo.

De los once fichajes realizados este verano por Monchi, no en vano, el ex del Sao Paulo es el que menos minutos ha jugado en el campeonato liguero, con tan sólo 165. Unos números que se explican en gran medida por su falta de ritmo -hay que recordar que llegó lesionado- pero que no merman las grandes esperanzas depositadas en él.

Sin ir más lejos, el propio Sampaoli ha declarado que siente una predilección especial por el brasileño, "un jugador con una sutileza técnica que no se ve en el fútbol actual", de la que ya ha dejado alguna pincelada. Sin ir más lejos, ante el Alavés, cuando un taconazo suyo sirvió para asistir a Ben Yedder.

Tras ofrecer una imagen muy alejada de lo que se espera de él en los dos encuentros de la Supercopa de España (la vuelta como titular), Ganso tampoco halló su mejor fútbol en las jornadas 3 y 4, frente a Las Palmas (sustituido en el descanso) y Eibar, en su único partido completo. Sin embargo, el ´descanso´ de cuatro partidos concedido por Sampaoli parece haberle sentado bien, como demostró ante los vitorianos, firmando en apenas media hora sus mejores minutos.

Un proceso de aclimatación para el que cuenta con el apoyo de toda la plantilla, como confesó a este diario el capitán Vicente Iborra. "Hay jugadores que se adaptan antes y a otros les cuesta más; lo importante es que vengan con la intención de ayudar al equipo y el grupo les va a ayudar a ellos. Es indudable la calidad que tiene, pero sabemos que jugar en España es muy difícil y está en el camino de adaptarse; está trabajando para ello y nosotros estamos ayudándole también".

El parón, además, ha concedido al internacional ´canarinho´ la oportunidad de poder progresar en esa necesaria fase de adaptación al mayor ritmo del fútbol europeo, junto a unos compañeros que, como todos, esperan mucho de sus cualidades.