Alberto Gálvez3 min lecturaEl Real Madrid remonta hasta en el baloncesto (98-94). Los blancos se han convertido esta noche en el primer equipo en la historia de la Euroliga que levanta un 0-2 en contra. Y lo han hecho hasta yendo dieciséis puntos por debajo en el último y decisivo partido contra el Partizán. Un triple de Llull selló una gesta increíble que no se quiso perder ni Vinicius Junior.
Tras conseguir un auténtico golazo en la ida de las semifinales de la Champions League frente al Manchester City, el brasileño acudió al WiZink Center y vibró con el partido que enfrentó a los madridistas con el Partizán de Belgrado. Y como si del equipo de Ancelotti se tratase, el extremo celebró cada punto y cada canasta con la rabia que le caracteriza.
Y es que si algo le gusta a Vinicius es la adrenalina de la competición. Y hoy en el Palacios de los Deportes de Madrid ha tenido ración triple. Al futbolista blanco se le vio metido en el partido desde el principio. Comenzado el encuentro, se acabaron las fotos y los autógrafos que tuvo que firmar. Animó como si fuese uno más del equipo, como si llevara jugando al baloncesto toda la vida. Y cómo no, usó sus redes sociales para felicitar a los pupilos de Chus Mateo una vez concluido el partido.
También Carlo Ancelotti tuvo un mensaje para los amantes de las canastas: "Fútbol o baloncesto da igual: el Real Madrid nunca se rinde. Enhorabuena, Chus y Real Madrid de baloncesto".
Y tras toda la polémica que ha generado esta eliminatoria, todos los focos del baloncesto mundial estaban puestos en el WiZink Center. Y algunos como Luka Doncic han decidido también utilizar sus redes sociales para presumir de madridismo. El base de los Mavericks lo ha hecho de una manera muy original, sin usar una palabra. La estrella de la NBA adjuntó una imagen de tres de sus excompañeros: Sergio Rodríguez, Sergio Llull y Rudy Fernández.
Durante el partido disputado contra el Manchester City se pudo ver un Vinicius diferente. El brasileño no entró en las polémicas e incluso bajó hasta su propia área para defender. Y encima, acabó fundiéndose en un sincero abrazo con el que fue su pesadilla durante los noventa minutos, el lateral derecho Kyle Walker. Guardiola le encomendó la siempre difícil tarea de pararle y lo consiguió en muchas fases del partido. En otras, como es lógico, le superó el brasileño. Pero ambos, tras el pitido final, dejaron una foto que limpia un poco la imagen de polémico que tiene el madridista.