Puestos a imaginar, seguro que la mayoría de los béticos soñaba con un arranque de temporada en el 'nuevo'
Benito Villamarín como el de ayer. Con sufrimiento inicial, teniendo que reponerse al gol inicial del
Celta, con buen juego y, por encima de todo, con el regusto que dejó el triunfo de un
Betis que empieza a exhibir el sello de su entrenador.
Más de 45 mil béticos comenzaron a conocer ayer al
Betis de
Setién, que presentó un once muy cercano al que podría considerarse de gala, aún sin
Boudebouz ni
Tello de inicio.
Recuperó
Setién a
Durmisi en el carril zurdo, en detrimento de
Tosca, por el que apostó ante el
Barça por su capacidad defensiva y porque el danés no estaba al cien por cien. Pero, la principal diferencia la encontramos en el centro del campo, en el que pudo contar con
Javi García-Guardado-Camarasa, 'tridente' que dejaba al muleño centrado en labores defensivas, al mexicano, con la manija, y al ex del
Levante dotando de equilibrio y la velocidad en las transiciones al equipo. Con el ex del
PSV más libre, el equipo conectó mejor sus líneas. No obstante, cuando se intuía el 'nuevo'
Betis, llegó el gol del
Celta en un saque de esquina que remató de cabeza
Maxi Gómez y desvió lo justo
Camarasa para meter el balón en su propia portería.
No perdió los nervios el equipo heliopolitano, aunque, eso sí, le costó unos minutos templarlos. Fue ganando metros, asentándose desde atrás, masticando las jugadas, cocinando a fuego lento su fútbol, con un
Guardado soberbio, líder de un centro del campo que promete.
Superado el ecuador de la primera mitad, el
Betis ya era el dueño de la pelota ante un
Celta bien plantado, al que los verdiblancos trataron de hacer daño desde los costados, donde caían indistintamente todos los hombres de ataque heliopolitano. Cuando no era
Joaquín el que centraba, era
Guardado e, incluso, también
Camarasa, como en el 18, a cuyo servicio no llegó el portuense de cabezas por milímetros.
Se afianzaba el juego del equipo a medida que avanzaban los minutos, hasta que el
Betis encontró su justo premio a la media hora: centro milimétricamente medido del ex del
PSV a
Sergio León, que remató con la cabeza y con el corazón. Su gol desató la alegría de la grada, que coreó su nombre mientras éste se besaba el escudo celebrando su primer gol como bético.
Dos más tuvo el palmeño antes del descanso, una en el 37, tras una jugada trenzada por la izquierda, y otra en el 42´, después de un pase en profundidad de
Camarasa.
Feddal remontaA la vuelta de los vestuarios, el ritmo decayó sensiblemente y se sucedían los errores en la medular. Pesaba el cansancio y el calor, amén del miedo a perder el terreno ganado.
No hubo mucho historia hasta que tanto
Setién como
Unzué movieron el banquillo a la hora de partido. Sentó el exportero a
Wass para dar entrada al
Tucu, con la intención de recuperar el control en el centro del campo. En cambio, Setién apostó por refrescar al equipo y darle más profundidad con
Tello, que disputaba sus primeros minutos con las trece barras.
Los cambios reactivaron el partido y al
Betis, que a punto estuvo de encontrarse el 2-1 en la cabeza de
Guardado, pero el meta celeste evitó en el 70', con una mano oportuna, que su remate acabase en su portería.
Pero no desistió el equipo de
Setién, que siete minutos después completó la remontada con una jugada ensayada: Joaquín saca en corto un córner a
Guardado, que puso el balón al corazón del área para que un
Feddal imponente ganase a la defensa del
Celta para hacer por alto el gol que pasará a la historia como el tanto del triunfo con el que se inauguraba la nueva grada de
Gol Sur y la remodelación del
Benito Villamarín.