Lorenzo Serra Ferrer saluda a Joaquín a la llegada al hotel de concentración acompañado de su nieto. - I. M.Isabel Morales2 min lectura
El gran actor principal del derbi del pasado domingo, sin lugar a dudas, es Joaquín Sánchez. Su nombre pasará a los anales verdiblancos como el autor del gol que acabó con doce años de sequía verdiblanca en su propio estadio ante el eterno rival.
Pero hay otro protagonista en la sombra, una suerte de talismán al que le persigue un aura de buena suerte en sus enfrentamientos con el eterno rival, principalmente en su última etapa. Se trata de Lorenzo Serra Ferrer, que desde que volvió al Betis en mayo de 2017 para emprender su tercera aventura en el club, no conoce la derrota en un derbi. De hecho, ha sumado dos triunfos, el sonado 3-5 del pasado año en el Ramón Sánchez-Pizjuán y el 1-0 del pasado domingo en el Benito Villamarín, con el que se ponía fin a una racha de doce años sin ganar de los verdiblancos en su propia casa ante el eterno rival, además del empate del curso anterior también en Heliópolis.
Ya en su etapa como entrenador, Serra disputó diez duelos de máxima rivalidad, en los que firmó cinco triunfos, dos empates y tres derrotas, unos buenos números que ratifican su idilio con estos choque cainitas.
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