El partidazo que se marcaron Alcalá y San Roque el pasado domingo ratifica
el poderío ofensivo del conjunto blanquiazul desde la llegada de Jesús Galván al banquillo panadero. El exsevillista tenía claro el juego que quería predicar y, por ahora, ha calado en el vestuario y en la grada blanquiazul, extasiada aún por la exhibición de su equipo.
Su gusto por mirar la portería contraria le ha llevado al
Alcalá a ocupar la segunda plaza con seis jornadas disputadas, un estatus adquirido principalmente por su pegada. Con los cinco goles conseguidos frente al San Roque, el cuadro alcalareño contabiliza ya un total de 18 dianas. Es decir,
promedia tres goles por encuentro, una cifra sobresaliente para Tercera, y en concreto, la tercera más alta de los dieciocho grupos de la última categoría nacional.
Al Alcalá solo le superan Zaragoza B y Mallorca B, ambos con 22 dianas también en seis citas; c
on 18 goles marcados también está el Varea riojano. Son los únicos conjuntos que se acercan o superan a los alcalareños, lo que da muestra del potencial ofensivo que están exhibiendo. En esta faceta hay que hacer hincapié en el acierto de su tridente: Gonzalo, Salvi y Boris, autores de catorce tantos (cinco los dos primeros y cuatro el último).
Haciendo una comparativa con la élite, el Alcalá
iguala los 18 goles que lleva el Recre, líder de Segunda, pero con un partido más; y se queda a uno de los 19 del Atlético de Madrid, también en siete choques. El Barcelona, con 24 goles a favor, es el máximo artillero del fútbol profesional nacional.