Aforo limitado, diferentes turnos de entrada, limitaciones al uso de vestuarios y duchas, la lógica distancia de dos metros... Muchas, diferentes y variadas son las medidas que cada localidad ha adoptado, pero poco a poco la gran mayoría de las piscinas de la provincia se han ido abriendo al público.
Algunas arrancaron casi desde el inicio de la
'nueva normalidad' -Tomares lo hizo el 22 de junio- y, aunque la mayoría abría sus puestas con la llegada del mes de julio y durante el primer fin de semana de este mes, hay otras, las más tardías, que lo hacían este pasado lunes, como es el caso de
piscina cubierta del Polideportivo 1° de mayo, que hasta ahora sólo permitía el acceso a deportistas federados.
Una de las principales medidas adoptadas ha sido la venta anticipada y/o telemática de entradas, que ha servido para controlar el aforo en algunas piscinas y evitar las transacciones monetarias.
El éxito ha sido general y son miles de sevillanos los que han aprovechado las magníficas instalaciones existentes en la provincia para refrescarse, especialmente en esta ola de calor que vivimos, y hacer deporte. Piscinas como la de
Pruna o la de
Albaida colgaban algunos días el cartel de aforo completo.
Pese a ello, la apertura no ha sido unánime y algunos pueblos, como
Estepa, decidieron mostrarse cautelosos antes incluso de que lo rebrotes que se han dado en las últimas semanas hayan obligado a tomar medidas más severas. "Las piscinas se mantendrán cerradas este verano dentro de las medidas preventivas contra el coronavirus. Estas instalaciones pueden ser un potencial foco de contagio y, en estos momentos, la salud está por encima de todo", señalaban desde el
Ayuntamiento estepeño en un comunicado.
Pese a las dudas generadas en los últimos meses y a las medidas adoptadas por instancias gubernamentales, la natación se ha convertido en uno de los deportes estrella
post-covip.
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