Real Sociedad 1-1 Barcelona: Riqui Puig vale una final (2-3 en los penaltis)

Real Sociedad 1-1 Barcelona: Riqui Puig vale una final (2-3 en los penaltis)
- J. López
José LópezJosé López10 min lectura
Un espectacular Ter Stegen concedió al Barça la opción de ganar su primer título en año y medio. El alemán salvó los muebles con hasta tres paradones en la prórroga y decantó una tanda de penaltis de locura que acabó rematando el joven Riqui Puig.

La ausencia de Messi fue la noticia de los minutos previos. Su importancia ha vuelto a quedar demostrada en los últimos partidos, en los que su resurgir ha coincidido con los mejores encuentros de su club en lo que llevamos de temporada. 

Los dos equipos empezaron muy fuerte, presionando en campo rival y tratando de tener de inicio el control del encuentro, en un toma y daca que deparó la primera llegada importante. Fue de Isak, a los tres minutos, con un remate de cabeza al que no le pudo dar fuerza y se le fue arriba por poco.

El Barça reaccionó y poco a poco se fue haciendo con el balón, aunque el peligro seguía siendo guipuzcoano, que amenazaba una y otra vez la meta de Ter Stegen. Primero, a los once minutos, con un disparo de Portu, quien aprovechó un error defensivo blaugrana, pero no supo darle dirección a la pelota, que se fue fuera. Y, dos después, con un cabezazo de Le Normad que atrapó el meta alemán con seguridad.

Más mérito tuvo el guardameta blaugrana en la siguiente (17'), en la que aguantó y achicó espacios ante la llegada de Isak para sacarle un balón muy peligroso. En todo este tiempo, el Barça sólo se había acercado en una ocasión y había sido en una jugada individual de Dembélé, que sacó bien la defensa realista.

Más de veinte minutos tuvieron que pasar para que el Barça pudiera finalizar una larga jugada. Acabó con un disparo lejano de Lenglet, pero al menos era un aviso de que los de Koeman también existían.

Sin embargo, fue el inicio de un periodo en el que, al fin, el equipo blaugrana tuvo el balón y evitó, con ello, esas continuas llegadas realistas que tanta incertidumbre traían. El Barça creció a partir de ahí, empezó a tener más el balón y a acorralar poco a poco a los de Imanol. Dembélé desequilibraba por la derecha, Pedri empezó a aparecer y, con ellos, llegó el peligro. Primero, Braithwaite con un remate forzado y, luego, Griezman con otro erróneo avisaban.

El partido estaba donde el Barça quería. Aún sin ocasiones claras, el balón rondaba una y otra vez la meta de Remiro y, con la calidad que hay en el equipo de Koeman, era cuestión de tiempo que llegara la ocasión. Ésta llegó con una apertura de Braithwaite, una entrada de Griezmann por la izquierda y un remate espectacular de De Jong, ante el que no podía hacer nada Remiro (39'). Era la primera clara y, como suele ocurrir con estos equipos, acababa en gol.

La Real trató de reaccionar rápido y lo hizo con un disparo de Isak, que le salió muy centrado, y con una llegada por banda izquierda, que no encontró rematador en el área pequeña. No hubo tiempo para más en una primera parte que acababa decántandose para el que había estado más preciso en los últimos metros.

El equipo guipuzocano estaba obligado a variar su plan, dejar espacios atrás y tratar de alcanzar el empate. Y a campo abierto, con Dembélé, Pedri, Griezmann... el Barça es letal.

Pero más letal fue De Jong para sus propios intereses. El autor del gol cortaba con la mano dentro del área un centro donostiarra. Claro penalti que no desaprovechaba Oyarzabal (51') y ponía el partido como al comienzo.

El Barça acusó el gol y, pese a contar con un gram ocasión a continuación, en la que De Jong, otra vez él, se durmió cuando tenía un remate claro, fue su rival el que empezó a apretar con una presión insistente que recordó a esos primeros veinte minutos de partido en los que los de Imanol fueron omnipresentes.

Tras cinco minutos de zozobra se desató la locura. El Barça se negó a sufrir lo que en la primera mitad, la Real no renunció a atacar y eso dio paso a una fase tan loca como espectacular, en la que lo mismo el balón estaba en un área como en otra. Ante un poderoso jugar al intercambio de golpes suele acabar casi siempre beneficiando a éste. Así pareció ocurrir cuando en el 61' Dembélé acabó una contra con un disparo rozando el palo. Pero no hubo más.

La siguiente clara llegó en la otra portería (70'), pero la cabalgada por la línea de fondo de Isak y su centro atrás no encontraron rematador.

Pedri no había aparecido aún en toda esta segunda mitad. Tardó media hora, pero con dos acciones marca de la casa casi vuelve a desequilibrar el partido. La primera la sacó la defensa; la segunda, Remiro.

A esas alturas, pese a no haber un dueño, al Barça se le notaba más fresco para afrontar los últimos minutos. El cansancio era evidente, pero el primer cambio no llegó hasta el último cuarto de hora. Fue Trincao, que suplía a Braithwaite; y Barrenetxea, que hacia lo propio con un cansadísimo Guridi.

Con ambos equipos entregados y la prórroga en el horizonte, aún la tuvo Merino para haber desequilibrado, pero se entretuvo demasiado en la frontal y acabó perdiendo el balón. 

Ese breve descanso sirvio para dar aire a ambos equipos. Koeman relevó su zona de creación mientras que Imanol hacía lo propio con dos de los hombres que más habían corrido y que estaban fundidos. Las fuerzas podían ser claves para decantar hacía uno de los lados el partido.
 
De salida, ese descanso pareció venir mejor a una Real que, como había hecho en cada una de las partes, empezó atacando. Y contó con la ocasión más clara del partido hasta ese momento, aparte de los goles. Fue un disparo del recién ingresado Zaldua (94') que Ter Stegen salvó con un paradón a una mano.

Respondería el Barça minutos después (100') en una contra en superioridad, en la que Dembélé, 'estorbado' por Riqui Puig, tardó en rematar y cuando lo hizo no golpeó bien y permitió la parada de Remiro.

Ambos equipos llegaron a los últimos quince minutos exhaustos, pero ni eso hizo que el partido bajara su ritmo. Con todo en el aire, Griezmann trató de echarse a su equipo a la espalda. Y tuvo su ocasión para desequilibrar el marcador, pero Remiro apareció de nuevo para frustrar al francés.

La ilusión y el empuje estaban intactos, pero no las energías. Y ahí los nuevos marcaban diferencias. Januzaj aparecía y en un esprint interminable dejaba atrás a sus rivales y se plantaba solo, aunque algo escorado, ante Ter Stegen, que lograba sacarle el balón en última instancia.

Aún estuvo más cerca  en el 118. El belga lanzó un latigazo, en una falta al borde del área, y Ter Stegen rozó lo justo para que el balón acabara en el palo. La había tenido el 'débil'. Todo estaba abocado a los penaltis. Y ahí, Ter Stegen y Riqui Puig decidieron. 


Ficha técnica: 

Real Sociedad: Remiro, Gorosabel (Zaldua 91', Bautista 120'), Guevara (Zubimendi 106'), Le Normand, Monreal, Guridi (Barrenetxea 81'), Zubeldia, Merino, Portu (Januzaj 103'), Oyarzabal e Isak (Willian José 91').

FC Barcelona: Ter Stegen, Lenglet, Mingueza (Junior 113'), Araujo, Jordi Alba, Busquets (Riqui Puig 91'), De Jong, Pedri (Pjanic 91'), Dembélé, Griezmann, Braithwaite (Trincao 78').

Goles: 0-1 (39') De Jong; 1-1 (51') Oyarzabal, de penalti.

Penaltis: 0-0 Bautista, falla; 0-0 De Jong, falla; 0-0 Oyarzabal, falla; 0-1 Dembélé, gol; 0-1 Portu, falla; 0-2 Pjanic, gol; 1-2 Merino, gol; 1-2 Griezmann, falla; 2-2 Januzaj, gol; 2-3 Riqui Puig, gol.

Árbitro: Munuera Montero (andaluz). Amonestó a Dembélé, Le Normand y Mingueza.
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