En el Ciudad de Valencia,
Quique Setién volvió a los orígenes y se decantó por un 4-1-4-1 con el que dejó atrás la línea de tres centrales y en el que
Javi García, en pos del equilibrio, jugó por delante de la retaguardia. Utilizando a
Joaquín por la izquierda,
Setién volvió a alinear a un delantero en banda (como ya hiciera ante el mismo rival en el partido de la primera vuelta en el Benito Villamarín), colocando en la derecha a
Loren, mientras que
Sergio León era la referencia arriba.
En definitiva, un
Betis con las líneas muy adelantadas que jugó gran parte del encuentro en campo contrario y que a los 20 minutos de partido ya acumulaba 200 pases, siendo su posesión del 74% al descanso. Con el centro del campo funcionando en horizontal, los verdiblancos pecaban de falta de verticalidad y dificultad a la hora de romper líneas, siendo
Junior, tímidamente, quien protagonizó ciertas internadas, mientras que
Francis era el talón de Aquiles del que intentó aprovecharse el
Levante sin éxito.
Mucho toque y una presión brutal, que, sin embargo, servía de poco, teniendo en cuenta el escaso protagonismo de los hombres de ataque y los despistes en defensa, que bien pudieron valer el gol granota en más de una ocasión. Tras el paso por vestuarios,
Sergio León y
Loren intercambiaron sus posiciones, adelantándose los béticos gracias a un tanto levantinista en propia puerta.
Con el 0-1 y la entrada de
Tello (por Loren),
Joaquín pasó a la derecha, volviendo el palmeño a la punta de lanza para hacer el 0-2. Luego, el portuense dio paso a
Barragán, adelantándose
Francis en un
Betis que tras el 45' sí supo aprovechar la que tuvo.
Alejandro Sáez
