Una plantilla entera en sólo tres meses

Cuando llegó a Heliópolis, Miguel Torrecilla era consciente de que asumir la dirección deportiva del Betis constituía el mayor reto de toda su carrera. Algo que ha empezado a comprobar desde el principio, a lo largo de un mercado estival plagado de movimientos y en el que tuvo que multiplicarse para no perder la batalla que libraba en varios frentes abiertos. Porque a los diez fichajes que prometió a su llegada se unieron las salidas de los trece descartados que no entraban en los planes de Poyet y, más tarde, el traspaso de un N'Diaye por el que el Villarreal pujó muy fuerte y la búsqueda de un portero que pudiera competir con Adán y Dani Giménez por la titularidad, ya que el cuerpo técnico consideraba que tanto Pedro como De la Calzada necesitaban seguir con su formación antes de dar el salto definitivo junto a los mayores.

Con todo ello, el salmantino ha vivido un auténtico verano de locos, llevando a cabo negociaciones en un total de 25 operaciones que, afortunadamente para sus intereses, han llegado a buen puerto. Es decir, que en su primer verano al frente de la dirección deportiva heliopolitana el castellano-leonés ha conseguido cerrar un número de acuerdos que habría permitido conformar toda una plantilla completa.

Curiosamente, la mayor parte de ellos han sido en el capítulo de salidas, puesto que Torrecilla ha logrado colocar a 14 futbolistas tras mantener miles de conversaciones. Más de la mitad de esos jugadores, nueve, se fueron con la carta de libertad bajo el brazo. Fue el caso de Tarek (encontró acomodo en el Ismaili egipcio), Caro (puso rumbo al Córdoba), Lolo Reyes (regresó a su país para firmar por el Universidad de Chile), Braian Rodríguez (se enroló en las filas del Everton de Viña del Mar), Kadir (forma parte de la nueva colonia de exbéticos en el Getafe), Westermann (su destino fue el Ajax), Varela (fichó por el Oviedo), Xavi Torres (acabó en el Sporting de Gijón) y Vargas (sobre la bocina y sin equipo por ahora).

Igualmente, las cesiones fueron el mecanismo empleado para decir adiós a otros cuatro jugadores. En el caso de Van der Vaart, con un préstamo a dos años en el Midtjylland danés que casi podría verse como un traspaso encubierto (cuando termine habrá expirado su contrato con el Betis). También se espera que se hayan ido con billete sólo de ida Pacheco y Portillo, quienes están ahora en un Getafe que estará obligado a acometer sus fichajes en caso de que logre el ascenso a Primera. Sólo Digard, ahora en Osasuna, tendría que regresar a Heliópolis.

Así las cosas, el único futbolista que ha dejado dinero en las arcas verdiblancas tras su adiós ha sido N'Diaye, vendido por 7,5 millones de euros más pluses al Villarreal. El resto del beneficio económico son los ocho millones de ahorro que se han logrado respecto al gasto inicial que iban a representar las salidas de los descartes (de los 13 kilos previstos a los cinco finales).

Mientras, han sido once las incorporaciones. Seis de ellas, pagando un total de 19 millones de euros a otros equipos por contrataciones. Es lo que sucedió en los casos de Durmisi (dos kilos al Brondby), Jonas Martin (2,6 al Montpellier), Mandi (2,8 al Stade de Reims), Felipe Gutiérrez (1,5 al Twente), Sanabria (7,5 a la Roma por la mitad de su pase) y Brasanac (1,5 al Partizan).

Igualmente, Zozulia (rescindió con el Dnipro) y Manu Herrera (hizo lo propio con el Zaragoza) vinieron a coste cero, al tiempo que se logró las cesiones de Nahuel (dos años y con opción de compra de 2,5 millones), Donk (previo pago de 500.000 euros y con la posibilidad de firmarlo por 1,5 kilos) y Musonda (su altísima cotización hace, por ahora, inaccesible su posible incorporación en propiedad). Un auténtico puzzle con el que Torrecilla se ha ganado por derecho propio el sobresaliente este verano.