Miguel Torrecilla es un director deportivo que
destaca por su paciencia. En el Celta, sólo destituyó a Paco Herrera, y muy al final del campeonato, cuando ya la situación del equipo celeste en la tabla se había vuelto insostenible. Después, por ejemplo,
defendió la continuidad de Luis Enrique, pese a que el ahora entrenador del Barcelona estaba siendo muy cuestionado por la directiva, al conseguir sólo una victoria en los primeros nueve encuentros.
No precipitarse, normalmente,
le ha salido bien al ahora director deportivo del Betis, por lo que piensa mantener su filosofía aun acumulando cada día
más detractores Gustavo Poyet en el seno de la entidad heliopolitana. El charrúa, por tanto,
tiene crédito de cara al partido ante el Villarreal, lo que no evita que otra derrota, unida a una pésima imagen, pueda modificar la idea del salmantino,
muy presionado ya también
por la afición, que sentenció a Poyet el día que el Real Madrid visitó el Benito Villamarín. Además, tras El Madrigal llega
un parón que se va a convertir en
un arma de doble filo para el otrora entrenador del Sunderland, pues suele ser habitual que los clubes aprovechen las dos semanas en las que no hay competición de clubes para
destituir a su técnico y darle así tiempo a su sustituto para dar a conocer a la plantilla su filosofía e incidir sobre ella en un buen número de entrenamientos.
Si Poyet, no obstante, consigue un triunfo, un empate o incluso dejar
una buena imagen pese a una eventual derrota en Villarreal, el todavía preparador heliopolitano
ganaría tiempo para seguir dándole vueltas al equipo y, en definitiva, mejorarlo. En estos momentos, el Betis ocupa la
decimotercera posición, aunque se encuentra
sólo dos puntos por encima del descenso, el cual marca el Sporting, con nueve, tras empatar frente al Sevilla.