Arranca la cuenta atrás para Feddal

Arranca la cuenta atrás para Feddal
- Óscar Murillo
Óscar MurilloÓscar Murillo 6 min lectura
El prestigioso doctor Ramón Cugat, pionero de las artroscopias en España y uno de los especialistas más reputados del mundo del deporte en cirugía ortopédica y traumatología, será el encargado de intervenir esta tarde en Barcelona a Zouhair Feddal de su rotura completa del tendón de Aquiles izquierdo, según avanzaba este lunes Radio Marca.

El galeno tarraconense, a la sazón codirector del citado departamento en el Hospital Quirón de la Ciudad Condal, lleva desde principios del siglo XXI aplicando técnicas innovadoras, como los factores de crecimiento y, más recientemente, las células madre para acortar los periodos de rehabilitación y los índices de recaída de las lesiones de este tipo en deportistas de elite.

Sea como fuere, la mayoría de los expertos en esta materia recalcan que, lejos de haber corrido un riesgo innecesario posponiendo la operación, se recomienda el tratamiento conservador para cualquier rotura parcial del tendón de Aquiles. Y es que el propio tendón cicatriza y se regenera por sí mismo. De hecho, los resultados finales a medio y largo plazo son similares entre los que optan por no acudir al quirófano y los que sí. Tanto una como otra vías tienen pros y contras. Así, la cirugía aporta una recuperación inicial más rápida y tiene menos tasas de nuevas roturas, si bien más riesgos de infección y de lesión cutánea de la herida.

A Feddal ya le dio problemas el tendón de Aquiles a principios de la 16/17, cuando se perdió las seis jornadas siguientes a la de su debut con el Alavés (de la 2 a la 7) por un esguince de grado 3 en su tobillo izquierdo, con afectación entonces no desvelada en la zona que ahora se rompió y que ya le hizo retirarse a los doce minutos de la primera ante el Atlético de Madrid. Según otras fuentes, ya arrastraba molestias desde su última etapa en Italia (con el Siena) y en su año en el Levante, aunque lo cierto es que entonces no se perdió más que partidos por sanción y alguna lesión en otras partes del cuerpo. Por ello, no había motivos para que le corrigieran el problema de otra manera que con descanso y fisioterapia.

Sea como fuere, Feddal se encuentra en las mejores manos posibles, por lo que, con un poco de suerte, estará perfectamente recuperado a mediados de verano, a tiempo para, con una pretemporada especial y algo más larga que la del resto de sus compañeros, afrontar con garantías el ejercicio 18/19, aunque no existen prácticamente posibilidades de que pueda regresar esta campaña ni acudir al Mundial de Rusia con la selección de Marruecos. Los números con él y sin él en el campo tampoco difieren tanto, pero todos en el vestuario destacan su importancia para el equipo, pues mejora a Mandi sobremanera.

Este martes, el zaguero marroquí iniciará una cuenta atrás que pasará por varias etapas, algunas duras. De inicio, los especialistas proponen una inmovilización mediante férula posterior de yeso a 90 grados que no permita la carga del pie en el suelo, por lo que el paciente deberá usar muletas unas dos semanas. Tras la revisión de la herida entre siete y diez días después de la intervención, con sus correspondientes curas, se retira la férula al inicio de la tercera semana y se coloca una ortesis 'tipo Walker', que habilita la carga parcial del peso del pie, asistido con muletas. Entonces, se inician los ejercicios de movilización del tobillo, como flexión plantar, para evitar la rigidez, que se complementarán luego con fisioterapia, bicicleta, elíptica y natación. La carrera llegará tras 8-10 semanas.

Aquí, una técnica lo reduce a 3 meses
A este respeto, un traumatólogo sevillano, el doctor Andrés Carranza, explicaba hace casi tres lustros en una entrevista a El País que una nueva técnica que él y su equipo abanderaban en el Hospital Virgen del Rocío, denominada cirugía semipercutánea de mínima incisión, reducía a la mitad los plazos (en mes y medio, el deportista estaría caminando ya y, a los tres, se entrenaría de nuevo), pues, con cinco orificios mínimos, de apenas un centímetro y estratégicamente situados en torno al tendón roto, se resolvía el problema operatorio de infecciones y los correspondientes injertos, secuelas paralelas que son las que normalmente alargan los periodos de rehabilitación. Incluso, Carranza se planteaba entonces ya eliminar el enyesado de las primeras semanas para seguir disminuyendo los plazos, de lo que todos se benefician.
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