La precisión como obsesión

La precisión como obsesión
Quique Setién discute con Éder Sarabia, durante el choque ante el Villarreal, tras un error en la entrega de los suyos. - M. H.
Óscar MurilloÓscar Murillo 3 min lectura
El técnico verdiblanco, Quique Setién, admitió durante su entrevista con Betis TV que vive con mucha intensidad los partidos, al tiempo que hay ciertos detalles que le molestan especialmente cuando los analiza y repasa. “Uno lo lleva dentro. Normalmente, en estas situaciones, lo que más me afecta es cuando regalamos el balón fácilmente. Es lo que más me duele como entrenador. Los errores con el balón, cuando tienes que tomar decisiones; hay que elegir bien. Pero hay que estar en el campo, claro. Ya, cuando revisas con detenimiento luego, te das cuenta. Yo, como futbolista, era lo que era, pero me acuerdo de que, cuando jugaba, podía meter dos goles, pero, si fallaba dos pases fáciles, me iba a casa con un cabreo tremendo. Por eso me gusta tener el balón. No digo un pase decisivo que uno se equivoque, sino balones sencillos en los que tienes la obligación de dar un buen pase, un control y darle con precisión el balón al compañero por delante... Son esas situaciones, porque las estamos trabajando permanentemente. Luego, hay otras cosas que me molestan mucho, como a veces la falta de concentración en situaciones donde uno tiene que ser mucho más agresivo en el plano defensivo, tener mucha mas tensión, porque el rival siempre es bueno y te puede hacer daño. Existen muchas cosas que el futbolista puede mejorar, pero necesitas mucho tiempo para ello”, asevera el santanderino, que incidía en la trascendencia de tomarse las cosas con más calma.

Y es que, mirando el pasado reciente del propio club heliopolitano o comparándolo con otros de LaLiga, tiene claro cuál es el buen camino: “Debemos tener un poco de paciencia con las cosas que estamos haciendo, tratar de analizarlas con más detenimiento, pues metemos muchas horas para tratar de tomar las mejores decisiones; no son caprichos, admitiendo nuestros errores, porque siempre los hemos cometido. Porque, al final, si eso no sale, lo que le quedará al club es destituirme; mañana, vendrá un entrenador e iniciará otro proyecto, pero con un año perdido, como los 10-12 anteriores que llevamos en este club. Por ejemplo, ha llegado Seedorf a La Coruña y dirá que es un proyecto de futuro, pero llevan tres esta campaña. Cuando firmas un entrenador, piensas en consolidar algo, una idea; mientras tanto, pierdes, ganas... Al final, siempre es parecido. Lo único que vale es lo del Eibar, que lleva seis años con un mismo entrenador, consolidado en Primera y sin volverse loco”.
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