En fútbol es harto complicado establecer pautas de rendimiento más allá de unas pocas semanas. Por ejemplo, los equipos que disputan más de una competición, lógicamente, se han visto afectados en determinados tramos de la temporada por el cansancio y/o las rotaciones ejercidas por sus entrenadores para tratar de evitarlo, al tiempo que, si bien esto es un factor que puede tocar a todos por su carácter normalmente azaroso y aleatorio, las lesiones de hombres importantes condicionan también los resultados durante sus convalecencias. En líneas generales, se trata de un deporte, con un componente especialmente imprevisible además, por lo que difícilmente habrá reglas firmes a las que aferrarse. Con todo, las dinámicas son relevantes para explicar por qué determinadas escuadras han mejorado o empeorado sus trayectorias, generando unos trazos gruesos que, en gran medida, sirven de indicios para la evolución futura.
En el caso del
Betis, su mes de marzo, que no es inmaculado (dos victorias, un empate y una derrota), sí invita al optimismo, pues a los fríos resultados se ha unido la calidez de las sensaciones. Éstas apuntan a que
Setién habría dado con la tecla, encontrando el equilibrio con su nuevo dibujo entre canteranos y veteranos, con sitio para el talentoso
Boudebouz, aumentando la seguridad defensiva y recuperando su alto índice de acierto arriba. De hecho, si se toma como referencia el último mes de competición de los siete teóricos implicados en la pugna por las dos plazas de
Europa League (el séptimo también sellará su pasaporte, salvo que el Sevilla gane la final de la
Copa del Rey y quede octavo o peor clasificado), los heliopolitanos alcanzarían la gloria.
Bastaría con elaborar una proyección de la producción de puntos en este tramo en las nueve jornadas que restan para comprobar que las 1,75 unidades por encuentro del
Betis lo harían rozar los 59 al acabar el campeonato liguero 2017/2018 (58,75 en concreto), suficientes para ocupar la sexta plaza. De todos los candidatos, solamente se vería superado por el
Girona, que abrocharía el curso con más de 63 (63,25), merced a un promedio de 2,25 en estos cuatro encuentros más recientes que se replicaría para regocijo de
Montilivi y los pupilos de
Pablo Machín.
Por tanto, los catalanes se alzarían, en el supuesto de mantener la línea de marzo en los meses de abril y mayo, con una quinta plaza que le brindaría no sólo la primera participación de su historia en la
Europa League, sino que accedería directamente a la fase de grupos, secundado por el cuadro verdiblanco, mientras que al
Villarreal, actual cabeza de ratón en esa carrera por la segunda competición continental, el ritmo actual le daría únicamente para ser séptimo, quedando a expensas de que el
Sevilla, el octavo en esta hipotética tabla (también, como los castellonenses y el
Getafe, con una insuficiente renta de 0,5 puntos de cada 3), no gane la
Copa del Rey.
Los azulones, así como el
Celta y el
Eibar, estos dos últimos con un promedio de una unidad por choque en marzo, se quedarían a las puertas, con 43 en el caso de los madrileños y 48 en el de los celestes y los armeros. Sea como fuere, las estadísticas están para romperlas, amén de que los calendarios no son los mismos, por lo que el rendimiento de los siete conjuntos inmersos en este encarnizado pulso seguramente tendrá fluctuaciones. Por si acaso, por lo que pudiera ocurrir, en
Heliópolis han de tratar de no desviarse de la buena senda escogida, especialmente con los solventes triunfos frente a
Alavés y
Espanyol. Contra los 'pericos', por cierto, viviendo una sublimación del nuevo 'estilo
Setién', con todos los mecanismos aparentemente engrasados y a pleno rendimiento. De que los verdiblancos sigan fluyendo dependerá que el broche sea dorado o no.
El futuro heliopolitano se decide de aquí a FeriaLos tres próximos encuentros, que se disputarán durante la primera quincena de abril, serán fundamentales para las aspiraciones béticas de volver a
Europa. Y es que los de
Setién visitan el
Lunes de Pascua al
Getafe, recibiendo el sábado 7-A y compareciendo el siguiente fin de semana en
Montilivi para jugar con el
Girona. Tres rivales directos en el camino inmediato.
Si se calca el final de la primera vuelta, K.O.El
Betis necesita aferrarse a la mejoría experimentada en las últimas semanas, pues cualquier comparación con tramos mayores de partidos le perjudica. Así, los de
Setién deberán aumentar en los últimos nueve partidos de
LaLiga el botín logrado en su equivalente de la primera vuelta, habida cuenta de que los heliopolitanos sólo consiguieron entonces once puntos (tras los triunfos en
La Rosaleda y el
Sánchez-Pizjuán, más el casero ante el
Leganés, junto con los empates como local frente a
Girona y
Getafe). En este sentido, si se repitiesen los signos ahora y cada implicado en la lucha por la
UEL sumara las mismas unidades que entonces, el
Betis se quedaría fuera de los puestos privilegiados, que serían para
Villarreal,
Eibar y
Girona (pendiente de la
Copa).