Hace casi un año, el
Betis andaba inmerso en una profunda crisis de identidad y de resultados.
Setién había logrado trasladar a la plantilla su idea de juego, pero a su propuesta le faltaba equilibrio. El equipo se mostraba tan alegre arriba (era uno de los máximos goleadores de
Primera), como frágil atrás (también era de los más goleados). Justo en medio de esa tesitura, coincidiendo con la eliminación copera por el
Cádiz y tras encadenar varias derrotas consecutivas en
Liga, el técnico consiguió dar un cambio de rumbo, tocar las teclas necesarias y hacer que el equipo completase una de las mejores segundas vueltas que se recuerdan en los últimos tiempos.
Un año después, el
Betis habría superado una situación parecida, aunque con algunos matices. En esta ocasión, la falta de gol alentó un buen puñado de dudas sobre la propuesta futbolística del entrenador cántabro, una corriente que cada vez ganaba más adeptos. Pero, como entonces,
Setién ha sabido encontrar soluciones, mostrándose más flexible y adaptándose al entorno. El
Betis, más práctico y resolutivo, mantiene su seña de identidad, sigue presumiendo de su gusto por el balón y su prioridad es sacarlo jugado desde atrás, pero ahora ha ampliado su abanico de recursos y no desdeña el juego directo, evolucionando a un
Betis 3.0. El gran momento de forma de
Sidnei, la adaptación total de
William Carvalho o la facilidad para hacer gol de
Lo Celso han ayudado a esta reconversión, que ha llevado al
Betis a encadenar cinco encuentros sin perder (nueve de los últimos diez).
Esta dinámica positiva se pondrá a prueba esta tarde en el
RCDE Stadium de Barcelona, a donde volaron el pasado viernes directamente desde
Luxemburgo, ante un
Espanyol en una trayectoria diametralmente opuesta a la de los verdiblancos, pero que cuenta con las estadísticas a su favor -el
Betis sólo ha ganado allí una vez en la última década-. Los de
Rubi encadenan cuatro derrotas consecutivas, tras un arranque fulgurante. El
Betis, séptimo en LaLiga, con el billete a octavos en
Copa y a la espera de conocer rival en los dieciseisavos de la Europa League, cuenta con una única baja obligada, la del lesionado
Guardado, y recupera, con respecto a la lista europea, a Canales,
Lo Celso y
Mandi.
Setién apostará por el que viene siendo su once más repetido en el torneo doméstico, con la presumible novedad de
Francis, lesionado ante el
Rayo, en el carril diestro en detrimento de Barragán.
Pau volvería a 'casa' como titular, con
Mandi, ausente en Luxemburgo,
Bartra y
Sidnei, en la línea de tres centrales;
Junior, por la izquierda.
William Carvalho y
Lo Celso por delante, y
Canales enganchando con la pareja de atacantes formada por Loren Morón y Sanabria, que no tuvo minutos ante el
Dudelange.
Bajas en la retaguardiaEnfrente, el
Espanyol de Rubi no sólo viene de perder contra el Barcelona en la última jornada. Esa dolorosa derrota en el derbi catalán se suma a las tres anteriores ante el
Sevilla, el
Girona y el
Getafe, que han desinflado las ilusiones ‘pericas’ de un plumazo. Además, el míster local tendrá que recomponer su retaguardia, en la que contará con dos bajas importantes: la de
Dídac Vilà por sanción y la de
Mario Hermoso, con un esguince en el tobillo. En el puesto de central, el costarricense
Óscar Duarte, titular contra el Barcelona, y el brasileño
Naldo son las opciones principales. En el carril zurdo, las alternativas son el venezolano
Roberto Rosales (a pierna cambiada) y el canterano
Adrià Pedrosa.
Todo apunta a que el cuadro blanquiazul volverá a su planteamiento táctico habitual. En el derbi, los de
Joan Francesc Ferrer apostaron por un fútbol de contención, lejos de su tradicional apuesta ofensiva. Este domingo, tratarán de pelear la posesión a un
Betis al que el triunfo le podría colocar quinto, a la espera de lo que haga el
Alavés mañana lunes ante el
Athletic Club.
Isabel Morales5 min lectura