Necesitaba el Betis dar un golpe de autoridad en LaLiga, donde se enfrentaba a su inmediato antecesor, un Alavés al que aspiraba a arrebatarle la sexta plaza. Apostó de nuevo Setién de inicio por un once sin ‘9’ específico, pero con sus tres ‘pequeñitos’, Jesé, Lainez y Lo Celso, buscando quizás la profundidad y el ritmo que le faltaba al equipo en sus últimas comparecencias ligueras. Solventó el hueco en el carril zurdo con un Guardado sobrado tácticamente pero que no está para la ida y vuelta que se le exige a un carrilero en el sistema de Setién. Pese a todo, el Betis consiguió imprimir esa velocidad más, consiguió plantarse en el área rival con menos toques, sin renunciar a su carácter protagónico, sometiendo a su rival con jugadas cocinadas desde atrás, con más movilidad por dentro y sacando rédito a la contra. De esta forma, llegaron las dos ocasiones más claras del partido, la que terminó en el gol de Lo Celso y el posterior mano a mano de Jesé que salvó Maripán en línea de gol.
Pero, para ser perfecta, a esta versión más eléctrica del Betis le falta contundencia y concentración para evitar ‘regalos’ como el gol de Maripán a los 28 minutos. Una nueva desaplicación defensiva a balón parado, con una permisividad pasmosa en su área, sin nadie capaz de pegar un patadón que alejase el peligro, hasta que Maripán, tras seis rebotes, metió la puntera de la bota para empatar, privó al Betis de dar un salto casi definitivo en Liga en sus aspiraciones europeas. Acabó el Betis, como siempre, volcado en su área, arrinconando al equipo de Abelardo, pero sin encontrar el premio del gol.
Mucha permisividad en el áreaHasta seis rebotes permitió el Betis en su área antes de que Maripán metiese la puntera de su bota para marcar el empate al filo de la media hora de partido. Demasiada concesión en un encuentro que tenía el Betis totalmente controlado.
Isabel Morales3 min lectura