Tras errar claramente en su apuesta por
Loren, Sergio León y Sanabria, quienes habían ofrecido un buen rendimiento la temporada anterior, y
dejar pasar de manera incompresible la oportunidad de remediarlo en el mercado de enero, la comisión deportiva del Real Betis
se ha marcado como gran objetivo la reestructuración total de su delantera de cara a la 19/20.
Lo más obvio es que
falta un 'killer', un ‘9’ referencia al que se le pueda jugar más directo y que tenga capacidad para rematar centros laterales, pero existe igualmente
la necesidad de contratar a un segundo punta que haga lo que más le está costado al equipo verdiblanco esta temporada:
unir el centro del campo con la delantera.
Y, en este contexto, ha surgido la oportunidad de hacerse con
Juan Miguel Jiménez López 'Juanmi' (26), quien a priori debe mejorar lo ofrecido desde enero por un
Jesé Rodríguez que ha terminado decepcionando, sobre todo a raíz de su actuación en el derbi.
Juanmi, en datosPero la gran pregunta es:
¿qué puede aportar exactamente Juanmi al Betis? Es primer aspecto destacable es el de su
versatilidad, ya que el malagueño puede actuar tanto como
extremo (en 4-3-3), como de
segundo delantero o incluso en la punta, en un equipo que desee transitar rápido. Lo mejor, no obstante, es
que esté más relacionado con el juego y que tenga metros, tanto para ir de adentro hacia afuera como para llegar en el área desde la segunda línea.
Juanmi es rápido en cuanto a
arrancada y conducción, pero además
piensa y actúa velozmente, lo que le hace moverse
bien en espacios reducidos o aparecer antes que el resto en los lugares donde puede caer un balón, ya sea centrado o rebotado. Del lado contrario,
cae en exceso en fuera de juego y tiene muy poca incidencia por el aire, suele desempeñarse mejor junto a un ariete más de área, que además le genere pasillos por los que correr y le sujete a los centrales.
Un buen refrescoSin balón, el otrora canterano del Málaga CF ayuda mucho al equipo, pues se nuestra incansable en la presión sobre la salida desde atrás del rival. Además, y no todos lo hacen,
suele entrar muy enchufado desde el banquillo, lo que sirve de mucha utilidad a sus entrenadores
antes rivales que ya están cansados y, por ende, desorganizados. Es un buen agitador.