Al
Betis de
Setién le gustan los grandes escenarios y al
Santiago Bernabéu salió con personalidad y ganó por segundo año consecutivo con más autoridad que el anterior, ante un equipo que con
Zidane no había perdido en casa. Quiso el balón desde el primer minuto y supo encontrarle las cosquillas a un Madrid desorganizado.
El cántabro recuperó el sistema de tres centrales y una presión adelantada que complicó mucho al
Madrid. En fase ofensiva tuvo en
Lo Celso la pieza sobre la que pivotar el juego verdiblanco. El argentino fue indetectable para el centro del campo blanco y se movió como pez en el agua entre líneas en el espacio que había entre los centrales y
Marcos Llorente.
En el primer acto apenas encontró el
Madrid un tramo de diez minutos, entre el 25 y el 35, en el que tuvo el control del choque. Animado por
Vinicius, tan activo como impreciso, el equipo blanco fue tan inconstante como durante todo el curso. En el
Betis, Junior volvió a correr la banda con autoridad y fue el mejor junto a
Lo Celso y Guardado, que realizó un gran despliegue y rompió líneas con sus desmarques.
Los goles se hicieron esperar, pero acabaron cayendo como fruta madura. No fue coincidencia que en ambos interviniera
Lo Celso en el pase previo a la asistencia. Primero sirvió para la carrera de
Guardado y luego para la de
Junior. Con 0-1, Setién puso más madera con
Jesé y Tello para seguir haciendo daño viendo que el
Madrid estaba en la lona y habría oportunidades para conseguir el 0-2, como finalmente ocurrió con el tanto del delantero canario.