No, tampoco este miércoles hubo 'fumata verdiblanca' con
Rubi, que será -nadie lo duda en
Heliópolis- el entrenador que dirija al
Betis en la temporada 2019/2020, más otras dos que firmará en cuanto se desvincule del
Espanyol. Sigue sin producirse su salida de
Cornellá-El Prat, hasta el punto de que el preparador del
Maresme se ha marchado de mini vacaciones a la espera de su agencia,
Bahía Internacional, acuerden con los 'pericos' los términos económicos del finiquito, con diferencias de alrededor de 60.000 euros al cierre de esta edición. Entienden los asesores de
Joan Francesc Ferrer que ya han cedido lo suficiente, abonando antes los 900.000 euros de su cláusula de rescisión para que la operación no pueda considerarse un despido improcedente, por lo que no están dispuestos a perdonar ni un euro del sueldo ni las primas por la clasificación para la
Europa League.
Este tira y afloja, que no acabará en los tribunales según filtran las tres partes, está demorando más allá de una semana el anuncio de su aterrizaje en
La Palmera, que llegará en cuanto el
Espanyol haga pública su rescisión. Como ya se avanzó en estas páginas,
Rubi ha dejado redactado un comunicado explicando su versión de los hechos, consciente de que su imagen en la
Ciudad Condal ha quedado muy deteriorada, si bien no será presentado hasta la semana que viene (el martes, según
Mundo Deportivo), pues no vuelve hasta el domingo por la tarde del viaje de relax que tenía programado con su familia. Con todo, el de
Vilasar de Mar no podrá desconectar todo lo que le gustaría, tanto por estar al tanto de los pormenores de su salida del
RCDE Stadium como por estar participando activamente en la planificación de la próxima campaña en verdiblanco.
Rubi será, de hecho, el primer entrenador del tercer proyecto de
Haro y Catalán, que tiene tintes de aventura original, pues la reestructuración del organigrama deportivo del
Betis será bastante profunda. No es ningún secreto que la relación entre los consejeros delegados y
Serra Ferrer pasa por un mal momento, para muchos uno irreversible, hasta el punto de que se le podría invitar a abandonar sus funciones, en cualquier caso minimizadas. Ya quedó claro que el balear no tendrá, siquiera por sus mayores conocimientos de la materia, un voto de calidad dentro de la comisión deportiva, que se basará mucho en la opinión de
Rubi y que desea tener todo el poder ejecutivo para decidir sobre fichajes y salidas. La marcha de
Pep Alomar, amigo y colaborador al que
Serra devolvió al club en 2017 -como adelanta
Radio Marca, el otrora jefe de
Metodología de la cantera no renovará y ya se despidió de varios trabajadores-, es un claro indicio, como el próximo refuerzo de la secretaría técnica con los reputados
Jesús Sánchez y Ángel Luis Catalina, que deben desvincularse antes del
Valladolid.