El
Real Betis emitía este viernes un
comunicado oficial para explicar los motivos por los que Portugal ha liberado a
William Carvalho de los dos compromisos internacionales previstos para este segundo parón internacional de selecciones y que nada tenían que ver con la lesión de grado I en el sóleo de la pierna derecha con la que se marchó el pasado lunes y que ya le impidió jugar contra el Eibar, pese a haber entrado en una prelista en la víspera, siendo descartado ese mismo viernes 4 de octubre.
Según el
parte médico difundido por la entidad heliopolitana, el mediocampista de origen angoleño regresó a Sevilla debido a unas
molestias en la región lumbar que, tras ser evaluadas por los servicios médicos béticos, han derivado en un diagnóstico preocupante: Carvalho sufre una
hernia disco-lumbar L5-S1 reactiva.
En los próximos días, el otrora futbolista del Sporting Clube será examinado por los especialistas correspondientes, que valorarán el tratamiento y, por supuesto, el
tiempo de baja estimado. De momento, el club no se aventura a poner ningún plazo, porque todo va a depender de la evaluación de los profesionales que lo vean en los próximos días, pero, por ejemplo, un galeno consultado por Radio Sevilla hablaba de una convalecencia, por lo general, que oscila entre las ocho y las doce semanas (de dos a tres meses).
La hernia discal es una dolencia en la que parte del disco intervertebral se desplaza hacia la raíz nerviosa y la presiona, produciendo un intenso dolor. En la mayoría de los casos, esta molestia remite con un tratamiento conservador, sin precisar de cirugía. Sin embargo, aproximadamente
un 10% de ellos requerirá de una intervención quirúrgica para completar la recuperación, aspecto éste que pospondría el regreso de William Carvalho hasta el inicio de 2020, tras las Navidades.
Está por ver en qué grupo de pacientes se encuentra el jugador del
Betis y si necesitará o no operarse de la columna para corregir este problema que le ha sobrevenido, pues no presentaba, al parecer, dolor en la espalda últimamente.
Cuando los síntomas limitan significativamente las actividades cotidianas del afectado, como puede ser el caso de un deportista de elite, hay un daño nervioso debido a la hernia de disco o los síntomas no pueden controlarse con otro tratamiento, entonces es necesario intervenir, paso que se tratará de evitar, previsiblemente, en un primer momento, aunque serán los especialistas quienes valoren qué es lo conveniente.
Isabel Morales3 min lectura