Si este verano ha sido complicado en el Betis, el de 2021...

Si este verano ha sido complicado en el Betis, el de 2021...
- Óscar Murillo
Óscar MurilloÓscar Murillo 6 min lectura
No lo ha tenido precisamente fácil Antonio Cordón en su estreno como director general deportivo. La mayor crisis que se recuerda en la historia moderna del fútbol ha lastrado considerablemente su margen de maniobra en el mercado, condicionada casi exclusivamente a las ventas, por lo que sólo han podido llegar cuatro refuerzos (de los 8-9 pretendidos) y a coste cero: el cedido Miranda, el libre Bravo, el 'desvinculado' Víctor Ruiz (el Besiktas ha denunciado su salida dos años antes de cumplir el contrato, pese a los impagos que la justifican) y un Montoya a quien el Brighton traspasó sin coste, a cambio de unas variables que cobraría a posteriori. Con todo, los próximos meses no prometen ser más tranquilos ni holgados, la verdad.

Y no ya porque el coronavirus siga haciendo de las suyas hasta bien entrado 2021 como mínimo, hasta el punto de que ya no se espera público en los estadios esta campaña, sino por la situación contractual de varios hombres importantes de la plantilla. Al menos, la 'Ley Garzón' concede un respiro con la publicidad de 'BetWay', que se podrá seguir luciendo /y cobrando) hasta agosto del año que viene, aunque esa relación por tres cursos deberá ser matizada y sustituida por una marca que no represente a las casas de apuestas. De cualquier forma, el presupuesto de 200 millones para la 20/21 quedó reducido a más de la mitad y se negocia con los jugadores pagar menos de sus fichas ahora y prorratear lo que falte en próximos ejercicios. Una gestión de la que puede depender mucho en adelante.

En plena remodelación (recortes, en definitiva) de la secretaría técnica, de la que se marchan las dos cabezas visibles, Ángel Luis Catalina y Jesús Sánchez, aparte de Pedro Buenaventura y Jaime Quesada, entre otros, las decisiones que se avecinan para el atareado Cordón son trascendentales. Con previsiones no demasiado optimistas de cara a la campaña próxima, donde habrá planteamientos conservadores desde la planta noble del Benito Villamarín, ha de resolverse la renovación o no de Mandi, titular para Pellegrini y que puede negociar libremente con cualquiera e, incluso, comprometerse desde el 1 de enero. Menos peligro de fuga hay con Joaquín, otro de los que termina en 2021 y cuyo rendimiento será analizado con el fin de estudiar su prórroga o su adiós.

Miranda y Emerson se marcharán con dirección a la Ciudad Condal, dejando el segundo, al menos, nueve millones de euros en las arcas verdiblancas... si antes no hay una venta pactada que genere más ingresos para Barça y Betis, lo que supondría un problema deportivo aquí en la segunda vuelta de este curso. Para el verano que viene, Víctor Ruiz ya habrá solventado sus diferencias judiciales con el Besiktas, pero el caso es que queda libre. No obstante, la cuestión de peso no acaba en este grupo de futbolistas, pues hasta ocho más concluyen contrato en 2022, por lo que entrarán de aquí a menos de un año en la última ventana para atarles o sacarles tajada.

Se trata del meta Joel (suplente ahora de Bravo, con el mismo horizonte pero con resultados muy satisfactorios pese a su edad), a quien se intentaría vender para obtener 'cash', puesto que todo apunta a que Rui Silva (Granada) o Dmitrovic (Eibar) arribarán a coste cero, completando una demarcación con 'overbooking' ante la presencia, previsiblemente de vuelta de una cesión si en las próximas Navidades ya está recuperado del todo de su lesión de tobillo, también de Dani Martín. Igualmente, le quedará una temporada de vinculación a un Guardado prácticamente inédito hasta la fecha por lesión (apenas unos segundos en Mestalla) y con mercado en la MLS, amén del intermitente Sidnei.

Más difícil aún se antoja la decisión con los renacidos Sanabria y Tello, indiscutibles en estos momentos pese a estar en la rampa de salida hasta hace un mes. Con ellos, la lógica invita a esperar a que les ilumine la diosa de la continuidad, aunque las hipotéticas propuestas de renovación se verían seriamente condicionadas por ese rendimiento futuro. Ahora mismo, se les propondría seguir de todas todas, pero ya han dado muestas de irregularidad, por lo que esa respuesta se dilatará seguro hasta el verano de 2021. Casos diferentes son los de Camarasa, recuperándose de una grave lesión que aplazará cualquier planteamiento, y el recién promocionado Aitor Ruibal, que tiene meses por delante para ganarse un estatus que, a día de hoy, no ha fijado.
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