Tercera titularidad con el Betis, segunda consecutiva, una asistencia y finalmente, un gol. Ése es el bagaje de Aitor Ruibal en los últimos partidos. Un jugador que ya pareció convencer a Pellegrini en pretemporada, que de inicio sólo tuvo algunos minutos como revulsivo, que pagó los platos rotos del 0-3 ante la Real -como otros- y que se ha reivindicado siendo clave en Pamplona y
salvando un punto para el Betis en casa que puede ser clave en el devenir de la temporada.
Y no fue un gol, fue un golazo.
Su primer tanto en Primera y, lógicamente, también el estreno con el primer equipo del Betis. El de Sallent de Llobregat ha necesitado de
32 partidos en la máxima categoría nacional -25 con el Leganés- para empezar a materializar una capacidad realizadora que ya demostró en el filial verdiblanco y con el Rayo Majadahonda en Segunda. De hecho, suya fue también la otra gran ocasión bética, solventada por Asenjo en la primera mitad.
Si Aitor es la ilusión y la esperanza para el futuro,
la regularidad este año tiene nombre propio: Guido Rodríguez. El argentino apenas destaca, pero sigue sumando partidos a un nivel, como mínimo, aceptable, es el gran
soporte del Betis en el centro del campo ante la irregularidad de sus acompañantes y el referente para Pellegrini sobre el césped.
El futbolista de Caseros comanda nuestra , que premia al mejor de la temporada.