Un juego de errores

Estadio Deportivo
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Un juego de errores
Inspira plena confianza una afirmación cuando la defienden dos personajes tan antagónicos y dispares como Carlos Salvador Bilardo y Johan Cruyff: “El fútbol es un juego de errores en el que gana el que menos cometa”. Y lo suscribe un ganador nato como José Mourinho: “A esto vence el que más fallos provoque en el rival”.

El holandés, no obstante, va más allá en su apreciación: “En un partido sólo hay tres minutos, repartidos en fragmentos durante todo el encuentro, en los que se decide todo”. Cuando estás en una final y tu adversario es el Dnipro, un equipo incómodo que juega a amargarte la vida y que se siente tremendamente a gusto entre márgenes estrechos, todo esto cobra mucho más sentido todavía.

El que tiene el balón asume más riesgos, cuenta con bastantes más opciones de equivocarse. Un mal pase, unido a una colocación deficiente, puede desembocar en un contraataque mortal. Al Dnipro le gusta que no se juegue, hasta que le da por aprovechar algunos de esos segundos, comprendidos entre los tres minutos que dice Cruyff, para matarte.

El cuero esta noche lo tendrá el Sevilla, aunque lo realmente importante será que tenga el control del partido. A veces, muchas, no son coincidentes.

Con eso, se pondría mucho de cara, pues el de Emery es un equipo difícil de defender. Ataca, según tengan el balón Aleix, Vitolo, Reyes o Banega, de distintas formas, lo que multiplica los focos a los que deben atender los rivales y favorece, por tanto, el despiste y, por último, el error. Al final y al cabo, de eso trata esto.