Sufriendo, teniendo que remontar, con un jugador importante lesionado (Carvalho), con su principal estrella (Lo Celso) mermado por una tarjeta rigurosa, con la presión de querer jugar en casa la final... el Betis ganó una de esas eliminatorias de las que salen los campeones, en las que un detalle te puede mandar para casa o dar el pase y esta vez tocó cara, una cara que se había ganado a pulso a lo largo de los 180 minutos.
Ayer, ni siquiera en una primera parte en la que no estuvo bien mereció irse abajo; en la segunda sólo lo pudieron parar a base de patadas.
El Betis estará en el bombo, quiere esta final y va a ir a por ella.
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