Si ya es difícil no estar centrados en lo que llega el jueves, que alguien imagine si a eso hay que añadir llegar de haber disoputado hace tres días una semifinal de la trascendencia y emotividad que la que vivió el Betis ante el Valencia.
Tanto los de Setién como los de Machín tienen la difícil misión de centrarse en un duelo más de una Liga de 38 semanas cuando a la vuelta de la esquina se enfrentan a dos partidos que pueden decidir su futuro en una competición. La Europa League no da segundas oportunidades y LaLiga sí, pero fallar ahora, cuando los Getafe, Alavés, Real..., que no se juegan nada, están apretando fuerte puede ser tan perjudicial de cara al objetivo final como ceder en la ida de la UEL.
Leganés y Eibar no tienen el glamour de Rennes y Lazio, pero juegan en la mejor Liga del mundo y si alguien no lo tiene en cuenta, lo sufrirá.
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