Que Haro y Catalán han convertido el Betis en una empresa rentable y próspera es una evidencia, como también el hecho de que ambos saben que la institución no es, con todos los respetos, ni una 'start-up' ni una factoria arcaica de rancio abolengo.
Hay muchas decisiones (la mayoría) que deben tomarse en clave económica, pero sin olvidar el componente pasional y la correlación inevitable entre lo que ocurre en el césped y lo que carbura en la planta noble. Por eso, el 'Quique vete ya' habrá minado, sin duda, el crédito de Setién entre los que mandan, si bien éstos habrán convenido que no es ni el momento ni el contexto adecuados para un giro drástico de volante.
En verano, todo es discutible y debatible. Ahora, a nueve etapas de la cima y con todas las opciones abiertas, a remar todos en la misma dirección.
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