Editorial ED

'Déjà vu'

Estadio DeportivoEstadio Deportivo 1 min lectura
Cada vez es más reconocible el Betis de Rubi, que firmó una hora notable en Villarreal hasta que un penalti riguroso le hizo dejar de creer y bajar los brazos.

El lastre de empezar casi siempre perdiendo y, en dos ocasiones, quedarse en inferioridad desdibujaba el plan del catalán, teñido de una osadía y un riesgo que le salió unas cuantas veces bien.

En teoría, se trata de mandar, pero también de saber adaptarse a los momentos en los que el rival lleva la iniciativa, castigándole con transiciones rápidas y mucha verticalidad, especialmente de fuera a dentro.

Con todo, como le pasaba a Setién, la fragilidad defensiva lo devora todo y obliga a reinventarse sobre la marcha. Con ese lastre, resulta imposible crecer.

El ex espanyolista tiene trabajo por delante; quizás la solución pase por una defensa de tres a la que su antecesor se resignó.
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