Una celebración para el análisis

El Betis de las desconexiones, el que baja los brazos en cuanto lo mandan a la lona, especialmente de forma inesperada y/o inmerecida, el de fuera de casa, contrasta con el Betis brioso e inconformista del Benito Villamarín, el que se ha levantado tantísimas veces ya de los golpes al mentón que le han llegado jornada tras jornada.

Por eso, es difícil discernir si la plantilla está con su entrenador o no, más aún cuando el descenso se convierte en el hábitat de una plantilla construida para luchar por Europa. Analizando un Betis y otro, cada uno podrá llegar a sus conclusiones.

Seguro que hay quien está más de acuerdo y menos con lo que propone Rubi, quien querría de vuelta a Setién o prefiere evolucionar, aunque la estampa final, con Fekir dedicando el gol a los técnicos y todos formando una piña, es indiciaria. A Haro y Catalán les debe bastar como prueba.