El nivel de importancia a un acontecimiento en particular se la da el que lo celebra, por lo que significa para él o para la institución a partir de una subjetividad que no debe cuestionarse.
Diferente es el contexto en el que se produzca y los motivos que alimenten la efeméride, y en el caso del Sevilla la objetividad señala que vive su madurez en las alturas y con la ambición de seguir creciendo.
No en vano, los nervionenses festejaron su 130 aniversario a lo grande, mientras disfrutan de su tercera plaza en LaLiga, de estar vivo en las tres competiciones y con Monchi negociando la llegada de más talento a la plantilla en la figura de Suso.
En el Sánchez-Pizjuán se exprime hasta la última gota del margen que haya para crecer pero sin olvidar su pasado y celebrando haber llegado a este punto de su historia en tan buen estado de salud.